Osteítis alveolar: ¿qué es y cuándo ocurre?

Una de las complicaciones más frecuentes después de haber realizado una extracción dental es la osteítis alveolar. Esta afección hace referencia a un dolor intenso y continuo que puede presentarse localizado en la zona donde se ha realizado una extracción dental o bien irradiarse en parte de la región facial.

La osteítis alveolar es una complicación que se origina sobre todo en aquellas extracciones dentales que han resultado ser complicadas, especialmente en la zona posterior de la mandíbula, donde el hueso se caracteriza por ser más denso y de menor irrigación sanguínea.

¿Por qué sucede la osteítis alveolar?

En la osteítis alveolar, el alveolo, el lugar que ocupaba el diente, se presenta seco y con infección. Este hecho sucede porque después de una extracción dental, el coágulo que debería formarse se desprende, o bien, no llega a formarse correctamente, dejando al descubierto el alveolo.

Consecuentemente, esta exposición del alveolo a la cavidad oral puede dar lugar al acúmulo de restos alimentarios en su interior, que retrasa e interfiere el proceso de cicatrización de la zona, provocando un dolor considerable.

Cuando nos encontramos ante una situación como esta, lo más importante es acudir urgentemente a la clínica dental para la observación de un especialista.

Lo más indicado en estos casos es limpiar bien el alveolo infectado mediante la irrigación y la limpieza cuidadosa pero exhaustiva de la zona. Muchas veces, se recurre a la aplicación de algún apósito sedante, como también, de sustancias antibacterianas como la Clorhexidina. Asimismo, se pude indicar la toma de ciertos medicamentos para reducir los síntomas de dolor, como analgésicos, o bien, antibióticos en el caso de presentar infección.

Si se van repitiendo las limpiezas del interior del alveolo de manera rutinaria, como también, tener un buen control de la zona, la infección puede remitir sin ningún problema y a los pocos días presentar la zona bien cicatrizada.

Para finalizar, es muy importante tener un buen cuidado de la zona después de cualquier tipo de extracción dental. Asimismo, cumplir las indicaciones que explica el dentista como dejar de fumar durante unos días en el caso de los fumadores, o también, llevar a cabo una correcta higiene oral de la zona, dado que la prevención es la mejor manera de poder evitar este tipo de complicaciones.