¿Podemos evitar el sangramiento de las encías?

¿Podemos evitar el sangramiento de las encías?

Efectivamente, siempre se ha podido evitar el sangramiento de las encías y aunque hay gente que todavía se lo pregunta, ha sido básicamente por la falta de información sobre este tema. Afortunadamente, cada vez hay más vías diferentes para actualizarnos y estar siempre a la última en el sector bucodental.

Evitar el sangramiento de encías

Así bien, nos adentraremos en el mundo de “las encías”, un mundo que si es  desconocido para usted, en breve le dejará de serlo.

Alguna vez se habrán hecho quizás este tipo de preguntas… ¿Qué son las encías? ¿Qué función tienen las encías? ¿Estas pueden enfermarse? ¿Cómo detectar la enfermedad de las encías? ¿Hay remedio para sanarlo? ¿Puede la enfermedad de las encías causar algún tipo de problema que vaya más allá de la boca? …

Comencemos a responder todas estas dudas:

¿Qué son las encías? Las encías son un tejido del interior de la boca, que cubre los maxilares (superior e inferior), protegiendo y ayudando a sujetar los dientes. Podemos observar como las encías son completamente visibles cuando levantamos el labio, así mismo también a simple vista se puede observar cuando la encía está sana, mediante su tonalidad rosácea o rojizo claro.

¿Qué función tiene la encía? La encía protege a los dientes de las posibles bacterias o substancias extrañas que podamos ingerir, es la responsable del soporte de los dientes, facilita el deslizamiento de los alimentos evitando que se depositen sobre estos y finalmente sería una parte estética importante. Se puede decir que sin las encías, la estética de la sonrisa daría miedo.

¿Estas pueden enfermarse? ¡Claro que pueden! Las encías hay que cuidarlas, y tener siempre una buena higiene, de lo contrario estas se enfermarán y pueden repercutir en daños irreversibles como los que produce la llamada Periodontitis. Conoce más sobre las enfermedades de las encías en este artículo.

Las encías pueden inflamarse debido a una mala higiene o una higiene continua con una mala praxis (técnica incorrecta). Con esto lo único que conseguiríamos es dañar nuestro tejido gingival y posteriormente afectar al hueso que soporta los dientes causando daños más serios.

Podríamos decir que la inflamación de la encía consta de dos fases:

Gingivitis: esta inflamación normalmente se da por acumulación de placa bacteriana (restos de comida de varios días y/o meses que se acumulan por debajo de la encía quedándose cada vez más adheridos a la superficie dental ubicada por debajo de esta e impidiendo que con el cepillado dental podamos eliminar esta masa que se forma a partir de la acumulación de la placa bacteriana. Se puede decir que el daño de la gingivitis es reversible ya que el hueso y el tejido conectivo no han sido aun afectados.

Periodontitis: llamamos periodontitis a una Gingivitis ya avanzada, en este caso el hueso y tejido conectivo se han visto ya afectados, causando un daño de forma irreversible, en este momento no se puede hacer nada por él y para detener el proceso será preciso un tratamiento mucho más profundo.

¿Cómo detectar la enfermedad de las encías?, Podemos detectarlo fácilmente, puede presentarse inflamación en la zona, enrojecimiento y/o sangrado con o sin cepillado dental, sensibilidad, mal aliento y en algunos casos con retracción de encías (migración de la encía en sentido contrario a la corona del diente, descubriendo parte de la raíz del mismo.).

¿Hay remedio para sanarlo?  Para prevenir esta patología, lo que convendría es tener una higiene bucal impecable dedicándole al menos 10 minutos de su tiempo, o al menos intentarlo. Deberíamos cepillarnos los dientes después de cada comida con un cepillo de cerdas medio (ni muy fuerte, ni muy suave), pasarnos el hilo dental o los cepillos interproximales (con esto eliminaremos los restos de comida que no hayamos podido eliminar con el cepillo dental) y finalmente usar un enjuague bucal.

Para una buena salud bucal es indispensable prestar atención al sangramiento de las encías, y si este existe, comenzar con un buen mantenimiento de las mismas, ya que son el soporte de los dientes. Una encía sana permitirá conservar los dientes a lo largo de toda la vida.