El análisis morfológico facial en estética dental

Actualmente, es cada vez más deseado, el querer tener una sonrisa perfecta. Una bonita sonrisa, limpia, deslumbrante y perfecta, nos aporta muchas cosas buenas y nos hace sentir mejor con uno mismo.  Por un lado, una boca sana es sinónimo de salud y bienestar físico y psíquico. Y por otro, nos hace sentir mejor de cara a la sociedad y al entorno laboral.  De manera que la estética dental es un campo de la Odontología muy importante y demandado por nuestros pacientes.  

Para poder realizar un buen tratamiento estético, es necesario realizar un previo detallado y minucioso examen clínico y radiográfico a nuestros pacientes. Entre los múltiples factores, se encuentra el análisis morfológico facial del paciente 

El análisis morfológico facial en estética dental hace referencia al análisis de varios factores para poder determinar la correcta planificación del tratamiento del paciente. Se sebe realizar el análisis de la forma de la cara, los tejidos blandos, las proporciones faciales, entre otras. El examen morfológico facial de la cara es un factor imprescindible en la exploración diagnóstica, pues el objetivo principal de la estética es mejorar el aspecto físico de la cara.  

Actualmente, se deben analizar varios factores de la parte frontal facial de nuestros pacientes.  

Primeramente, se debe evaluar la simetría vertical y transversal de la cara. La simetría vertical hace referencia a la comparación de las dos hemifacies, es decir, si un lado de la cara es más largo o más corto que el otro, o de lo contrario, hay simetría. Se emplean como referencia unos planos horizontales, el plano bipupilar y el plano comisural.  

Por otro lado, se mide la simetría transversal, con el fin de ver si hay alguna desviación mandibular, o de lo contrario, se encuentra bien centrada.  

Dentro del análisis morfológico facial también se evalúa la altura facial, en esta medición se puede explorar la proporción vertical de la cara y determinar si el tercio inferior es largo o corto, es decir, si es o no proporcional en relación con el tercio medio facial.  

También se mide el índice facial. Este índice relaciona dos mediciones de la cara, una para determinar su altura y otra para medir su anchura. De esta relación se determina el tipo de cara que presenta el paciente: ancha, normal o larga.  

Posteriormente, también puede realizarse el análisis labial, donde se valora la anchura de los labios en sentido transversal para determinar si la boca es grande o pequeña en relación con el resto de estructuras orofaciales. Para ello, se compara la distancia interpupilar con la anchura nasal y la anchura bucal.  

Según las proporciones obtenidas, el odontólogo especialista puede diferenciar en diferentes tipos de caras según sus proporciones. Se pueden clasificar en tipo braquicefálico (cara más ancha que larga), tipo dolicocefálico (cara más larga que ancha) o tipo mesocefálico (un intermedio).  

Para finalizar, es imprescindible tener en cuenta la mayor parte de mediciones faciales del paciente para poder planificar adecuadamente su tratamiento y lograr el aspecto facial que deseamos. Para ello, es importante realizar un buen diagnóstico por parte de un odontólogo especialista.  



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