Cómo explicar la historia del ratoncito Pérez a los hijos, decir la verdad, pero en una edad oportuna

Cómo explicar la historia del ratoncito Pérez a los hijos, decir la verdad, pero en una edad oportuna

La dentadura temporal está compuesta por veinte dientes de leche y es a la edad de 5 a 6 años cuando comienza el recambio dental. En algunos casos la pérdida del primer diente, puede ser traumático para el pequeño, en vista de que muchas veces no sabe qué es lo que está sucediendo. Poe ello es importante que los padres participen en este proceso haciéndole ver a su pequeño que lo que ocurre es un proceso totalmente normal y que indica que ya comienzan a hacerse mayores.

La historia del ratoncito Pérez

La historia del ratoncito Pérez resulta una estupenda posibilidad para calmar un poco la ansiedad que podría generar a los niños la pérdida de un diente.

Convertir la intranquilidad en ilusión y entusiasmo

Nada mejor que una dulce y tierna historia revestida de magia, para que la ansiedad y el temor se conviertan en ilusión y entusiasmo. Algunos psicólogos recomiendan que los niños sean recompensados para superar las molestias anímicas que esta etapa pueda generar en el pequeño.

Historia del ratoncito Pérez

Veamos, ahora, un poco del origen de la historia” del ratoncito Pérez. La reina María Cristina de España, la madre del rey Alfonso XIII, solía llamarlo Bubi en la intimidad. Al parecer, la pérdida del primer diente de Alfonso XIII causó algo de conmoción en el palacio real, por la desesperada reacción del niño.

A María Cristina se le ocurrió la idea de encomendar a Luis Coloma (un escritor que, años más tarde formaría parte de la Real Academia de la Lengua) la escritura de un cuento, para calmar a su hijo.

El cuento sería publicado en Madrid en el año de 1894 y su personaje central era un niño llamado Buby que representaba a lo que, en la vida real, era Alfonso XIII.

Se trata de una historia que, por su trascendencia en la vida de un niño, le ha dado la vuelta al mundo e, incluso, hoy sigue siendo profusamente utilizada en muchas latitudes.

La hora de decir la verdad sobre la historia del ratoncito Pérez

Acabar con la mágica ilusión de un niño no es, para nada, fácil. Pero, necesariamente, llegará el momento en que nuestros hijos se empiecen a cuestionar sobre la verdad de lo que sucede.

Lo mismo ocurre con el Niño Dios, Papá Noel, Los Reyes Magos y demás. En un mundo como el actual, en el que los medios de comunicación llegan a todos los espacios sin excepción, es difícil ocultar.

Además del factor mediático (incluido el internet, por supuesto), es muy posible que un hermano mayor u otro familiar, así como los compañeros de colegio, le cuenten la verdad de la historia del ratoncito Pérez.

Ante esta inminente posibilidad que, al igual, se presenta con el Niño Dios y el Papá Noel, es necesario estar preparados ante la pregunta que necesariamente vendrá.

La mejor opción no es, por supuesto, “tapar una historia con otra historia”, como lo hacen muchos padres. Un niño confía ciegamente en sus progenitores y, por ende, se sentiría engañado.

La mejor opción es, por tanto, decirle la verdad de una manera que sea lo menos traumática posible. No olvidemos que estamos acabando con una ilusión infantil.

Ahora, decirle la verdad no equivale a “remodelar” la historia del ratoncito Pérez dado que, más temprano que tarde, perderemos la confianza de nuestros hijos.

La verdad es, sencilla y llanamente, eso: la verdad “desnuda”.

Cómo decir la verdad sobre la historia del famoso ratoncito  

El problema no es “cuando” decir la verdad, porque lo más seguro es que el pequeño acuda a los padres (o a uno sólo de ellos) para hacer una serie de pregustas sobre este particular cuento de fantasía.

Claro está que si, por ejemplo, el niño sigue creyendo que la historia del ratoncito Pérez es verídica cuando ya ha cumplido los nueve o diez años, se le debe convocar para enseñarle la verdad sobre el particular.

El quid del asunto radica en el “cómo” decírselo. Lo mejor es enseñarle la realidad de manera directa y natural. La desilusión e, incluso, el enfado de todas maneras vendrán algún día.

No es conveniente titubear, por cuanto vendrán las confusiones en el pequeño y siempre será mejor la desilusión y el enfado, que la confusión misma.

Ahora, no existe una edad específica, a manera de camisa de fuerza, a la que se le debe decir cómo es la realidad sobre este tema.

Todo depende de cada caso particular, dado que son muchas las variables que entran en juego.

El pensamiento mismo de los padres, las recomendaciones de los profesores del colegio, el temperamento específico del niño y otros factores más, deberán ser tenidos en cuenta.

Pero, eso sí, no es conveniente que se haga antes de los seis años. Un chico de esta edad no está preparado para desligarse de algo tan dulce y tierno, como lo es la historia del ratoncito Pérez.

A esa edad, el pequeño vive en un mundo rodeado de fantasías.

Además, si le enseñamos la realidad a un pequeño de cinco años, irá corriendo a contárselo a sus amigos y, de esta manera, la confusión ya será, si se quiere, grupal.

 

3 Comentarios
  • Anna
    2 agosto, 2015 at 4:58 pm

    No conocía el origen de esta tradición, y me ha parecido muy didáctico. Mis hijas aun no han perdido ningún diente de leche pero no queda mucho para que llegue 🙂 estaremos alerta. Gracias

  • Vanesa Carrillo Medina
    25 septiembre, 2017 at 11:23 pm

    Estupenda la información.