Los odontólogos tienen un papel muy importante a la hora de evaluar tanto la salud bucal como también conductual de los pacientes. Existen muchas patologías generales en las cuales el odontólogo puede detectar signos y síntomas de un trastorno que aún no ha sido diagnosticado y su función es comunicárselo al paciente y derivarlo al médico para su evaluación. Esto ha servido para detectar lesiones que sugieren algún desorden psicológico o conductual.
Dentro de los desórdenes alimenticios, destacan la anorexia nerviosa y la bulimia, ya que manifiestan varias complicaciones en la salud oral, siendo muchas veces el odontólogo el primero en detectarlas y en notificarlo a los padres.
La causa de estos desórdenes se desconoce, pueden ser por causa genética, cultural y psiquiátrica. La anorexia nerviosa y bulimia generalmente ocurre en mujeres jóvenes que desarrollan un gran miedo por aumentar de peso. Su principal motivación es verse delgadas.
En la anorexia nerviosa se obtiene por una restricción total por comer. En la bulimia, hay una inducción del vómito, uso de laxantes o enemas después de una gran ingesta de alimentos. Desórdenes que ponen en alto riesgo el estado de salud general.
Afectación a nivel oral
Los trastornos alimenticios también pueden afectar la salud bucal de una persona. Sin la nutrición apropiada, las encías y otros tejidos blandos dentro de la boca pueden sangrar con facilidad. Las glándulas que producen la saliva pueden inflamarse y los individuos pueden experimentar boca seca. Vomitar con frecuencia afecta a los dientes también. Eso es debido al contacto del ácido estomacal con los dientes, quitando el esmalte (capa externa) de los dientes hasta el punto de que los dientes cambian de color (se vuelven amarillentos), forma y longitud. Los bordes de los dientes se hacen delgados y se fisuran con facilidad. Comer comida o bebida caliente o fría o puede llegar a ser incómodo porque provoca mucha sensibilidad.
De manera que, los pacientes con bulimia pueden desarrollar erosiones severas en las superficies de la cara interior de los dientes. Patrón de erosiones consistente con la regurgitación de contenido gástrico por el vómito inducido. Como ya hemos mencionado anteriormente, estas erosiones severas consisten en un desgaste de la pieza dentaria y pueden producir sensibilidad aumentada al tacto y a temperaturas frías. Las caries dentales también pueden ser más prevalentes en estos pacientes, debido a una alta ingesta de hidratos de carbono en la dieta y deficiente higiene oral.
Además, la cantidad de saliva puede estar disminuida, muchos pacientes tienen sensación de sequedad bucal. Aquellos pacientes con deficiente higiene oral también tienen un mayor riesgo de enfermedad periodontal que afecta a las encías y al hueso de soporte dental. Asimismo, pacientes que tengan anorexia nerviosa pueden presentar un menor flujo salival, boca seca y mucosa atrófica.
Considerando este gran daño que se puede ocasionar en la salud bucal debido a estos desórdenes alimentarios, es de gran importancia realizar controles periódicos con el odontólogo para prevenir estos efectos y tener un buen cuidado oral.