Las enfermedades vesículo-ampollares que afectan a la mucosa oral constituyen un grupo importante de alteraciones por su dificultad diagnóstica, ya que a la exploración podemos apreciar úlceras o erosiones inespecíficas, por la fragilidad de las ampollas al traumatismo masticatorio y sobre todo por la gravedad y la cronicidad que pueden alcanzar de alguna de estas enfermedades como el pénfigo.
El pénfigo vulgar es una enfermedad autoinmune, específica en determinados órganos en la que se producen vesículas y ampollas en la piel y en las mucosas por la acción de los anticuerpos contra unas proteínas específicas que suelen estar localizadas en las uniones de las células del epitelio, ya que el epitelio de la piel o de las mucosas, como la mucosa oral.
El pénfigo vulgar es un tipo de pénfigo el cual representa el 70% de todos los casos de pénfigo, afectando a todas la población mundial por igual pero con mayor incidencia en Ashkenazim y en Japón. La mayor prevalencia se observa entre la cuarta y la sexta décadas de la vida, aunque su afectación en edades jóvenes también ha sido descrita, aunque es rara pero siendo estos casos muy severos.
¿Cuáles son las causas del pénfigo vulgar?
Lo más probable es que los factores genéticos jueguen un papel en la etiopatogenia del pénfigo vulgar y en la susceptibilidad a padecer la enfermedad. El pénfigo vulgar está asociado a los genes del antigen leucocitario humano (HLA) clase I y sobretodo la asociación a moléculas de HLA clase II.
En la etiopatogenia del pénfigo vulgar también existe la participación de factores ambientales y se han descrito fármacos, virus, alimentos, quemaduras y la exposición UV.
Esta enfermedad esta descrita también asociada a otras enfermedades autoinmunes como han sido la artritis reumatoide, miastenia gravis, el lupus eritematoso o la anemia perniciosa.
¿Qué tratamiento es el indicado para el pénfigo vulgar?
En el tratamiento del pénfigo vulgar, los fármacos son la opción de elección, siendo los corticoides la opción de elección para el tratamiento de dicha enfermedad. Sin embargo, las altas dosis de este fármaco y un tiempo prolongado puede llevar a la aparición de efectos secundarios graves.
Los corticoides son prescritos usualmente por vía oral, aunque en casos más graves pueden ser indicados prescribir corticoides por vía intravenosa, sistémicos.
La azatioprina es un fármaco inmunomudulador no esteroidal que es utilizado en los pacientes con pénfigo. Otros fármacos útiles para dicha enfermedad son el mofetil micofenolato y el rituximab.
El pénfigo es una enfermedad grave y de larga evolución, por lo que los pacientes afectados con esta enfermedad autoinmune deben ser controlados periódicamente hasta que se consiga la remisión para reducir los fármacos de forma progresiva.
Como el pénfigo vulgar es una enfermedad que aparece con alta frecuencia en la cavidad bucal como primera manifestación, el odontólogo debe estar familiarizado con las características clínicas, y junto con el patólogo y el dermatólogo, constituir un equipo multidisciplinario, capaz de diagnosticar y tratar al paciente que presente esta enfermedad, para mejorar su condición y calidad de vida.