Actualmente es muy común la falta de algún diente en los pacientes adultos que acuden a la consulta, las causas pueden ser debidas a traumatismos, problemas relacionados con la gingivitis o periodontitis, o a consecuencia de infecciones avanzadas que no pueden solucionarse con una obturación o una endodoncia.
La odontología tiene como objetivo devolver la funcionalidad, la estética, la fonación y la salud a todas aquellas personas que han perdido uno o más dientes. La pérdida de los dientes o afecta solamente a la hora de comer, sino que también afecta de manera negativa en el estado psicológico, ya que puede verse afectada la estética o el habla de las personas.
Por otro lado, cuando perdemos un diente también se ven afectados los huesos, cuando perdemos un diente se produce una reducción del hueso alveolar, esto viene producido porque el hueso alveolar necesita una estimulación para mantener su densidad y su forma, la estimulación se pierde al no tener la raíz del diente y por este motivo el hueso pierde anchura y volumen. Con el tiempo, si no estimulamos el hueso alveolar, se acabará perdiendo y se verá afectada la base de la mandíbula, que también se reabsorbe. Por este motivo en muchos pacientes edéntulos, se ve disminuida la distancia que hay entre la nariz y la barbilla, perdiendo la estética y la funcionalidad.
Una de las soluciones que existen para evitar estas complicaciones son los implantes dentales, colocando implantes dentales contribuiremos a la estimulación del hueso alveolar y evitaremos la perdida de hueso.
Además, la falta de dientes puede ocasionar muchos problemas; como, por ejemplo:
- Consecuencias faciales de la falta de dientes: produciendo una disminución de la dimensión vertical, pérdida de soporte óseo para los tejidos orales, se produce un pseudoprognatismo debido a que la mandíbula rotará en sentido antihorario sobre el eje intercondilar buscando la estabilidad que aportaban los dientes
- Consecuencias intraorales de la falta de dientes, se produce una reducción del área de la mucosa adherida, una reabsorción del proceso alveolar, que en la mandíbula es más intensa que en el maxilar superior, y una pérdida de propioceptores del ligamento periodontal que controlan la intensidad de las fuerzas masticatorias.
Por otro lado, las encías también sufren más, ya que el alimento se deposita en el hueco que ha dejado el diente y al masticar el apoyo y la fuerza la realiza completamente la encía, que como consecuencia provoca el desgaste de la misma. Además, al tener un espacio vacío los dientes vecinos tienden a ocuparlo, desplazándose y provocando la aparición de nuevos espacios en los dientes y aumentando el riesgo de sufrir caries.
- Consecuencias funcionales: cuando un paciente pierde uno o más dientes, se producen problemas a la hora de triturar los alimentos, con lo cual se necesitan otros mecanismos compensatorios para realizar bien la digestión. Se producen problemas de fonación, en el habla; la falta de algún diente o en el caso de los pacientes totalmente desdentados pueden tener complicaciones a la hora de pronunciar correctamente algunos sonidos o fonemas, sobre todo los linguo-dentales y labio-dentales.
En Estudi Dental Barcelona os recomendamos que ante la ausencia o la pérdida de algún diente acudáis al dentista para que os den la mejor solución para reponerlo adaptándose a las circunstancias de cada caso.
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