Los pacientes odontopediátricos son aquellos que tengan una edad menos a 18 años. En estos pacientes, a veces se requiere de opciones que faciliten realizar el tratamiento oportuno, como la sedación consciente.
La sedación consciente es definida como una técnica en la que el uso de una o varias drogas produce un estado de depresión del sistema nervioso central que permite que se pueda llevar a cabo el tratamiento propuesto y durante el cual el contacto verbal con el paciente se mantiene a lo largo del periodo de sedación.
Las técnicas y drogas usadas para procurar la sedación consciente para el tratamiento dental deben tener un margen de seguridad lo suficientemente amplio para que no se pueda producir una pérdida de consciencia. Es fundamental que el nivel de sedación sea tal que el paciente permanezca consciente y sea capaz de entender y responder a órdenes verbales.
La sedación en odontopediatría
La sedación odontopediatría tiene como finalidad considerar las necesidades tanto de los paciente como del especialista, el odontopediatra. En cuanto a los niños, se pretende la reducción del miedo y la percepción del dolor durante el tratamiento, que se facilite la adaptación al tratamiento y prevenir el desarrollo de fobia dental y ansiedad. En cuanto al dentista, facilitar el logro de los procedimientos dentales, reducir el estrés y las sensaciones incómodas y prevenir el síndrome del burn-out (el síndrome del quemado por la profesión).
La sedación consciente no debe interpretarse como un concepto de anestesia general ligera o leve, ya que en la sedación consciente, se mantiene el contacto verbal y los reflejos de protección, en cambio en la anestesia general se pierden.
Tipos de sedación consciente en odontopediatría
La sedación consciente en odontopediatría se puede clasificar en sedación inhalatoria, intravenosa u oral.
En la sedación consciente inhalatoria se utiliza el óxido nitroso o protóxido. El óxido nitroso es un gas con propiedades ansiolíticas y sedantes que acompañan efectos analgésicos y de relajación muscular, en menor grado. Tiene un rápido efecto y una rápida recuperación. Se requiere el uso del pulsioxímetro o una monitorización clínica básica.
En la sedación intravenosa y oral se suelen usar las benzodiacepinas. Tienen efectos ansiolíticos, de sedación, hipnosis, relajación musculoesquelética, amnesia anterógrada, depresión respiratoria y efecto anticonvulsivante, pero no tienen efectos analgésicos. Aún así, no hay suficiente evidencia científica que apoye el uso rutinario de la sedación intravenosa en odontología para niños por debajo de los 16 años de edad.