La hemorragia se define como la pérdida sanguínea o salida de sangre del torrente o sistema vascular, de forma espontánea o provocada por una herida cutánea o mucosa (hemorragia externa) o en una cavidad del organismo (hemorragia interna), y que es anormal por su intensidad y/o duración.
La hemostasia es un mecanismo de defensa cuya función es obliterar de forma espontánea las lesiones o brechas vasculares, para evitar de esta forma la pérdida de sangre.
La mejor forma de evitar complicaciones hemorrágicas tras procedimientos quirúrgicos bucales es siempre la prevención y para ello es indispensable realizar una historia clínica detallada del paciente, haciendo énfasis en los antecedentes de problemas hemorrágicos (tras intervenciones quirúrgicas, el parto, una extracción dental, entre otras).
La mayoría de las alteraciones de la hemostasia es iatrogénica y está motivada por el tratamiento con anticoagulantes orales (como el Sintrom), los antiagregantes plaquetarios (como la Aspirina) o fármacos (como los AINEs) tomados de forma crónica. Existen otros trastornos no iatrogénicos, aunque menos frecuentes, como la enfermedad de von Willebran y la hemofilia verdadera.
La hemostasia se divide en 3 fases: a hemostasia primaria (se forma un tapón gracias a las plaquetas), la coagulación (se forma el coágulo) y la fibrinólisis.
Los trastornos de la hemostasia se pueden detectar clínicamente a partir de la historia clínica o detectarlo tras la intervención quirúrgica. Es de importancia cuantificar la gravedad de la hemorragia, su localización y saber cual es la causa que la desencadena.
Además, el odontólogo debe realizar una interconsulta con un especialista de hematología el cual indicará en casa caso los exámenes de laboratorio específicos,. Los más solicitados son: conteo de plaquetas, tiempo de sangrado de Ivy, tiempo de protrombina y tiempo de tromboplastina parcial activada.
¿Qué hacer ante una hemorragia dental?
Existen agentes hemostáticos que se utilizan para frenar la hemorragia en odontología se pueden clasificar en químicos, mecánicos y térmicos.
Entre los químicos, el colágeno absorbible actúa proporcionando una matriz donde las plaquetas se pueden adherir y formarse con facilidad el coágulo. El surgicel actúa como un tapón en la sangre para frenar la hemorragia. El ácido tranexámico es un antifibrinolítico y es un efectivo hemostático La epinefrina se puede encontrar en la anestesia local y es una forma efectiva para controlar la hemostasia provocando una vasoconstricción local de los vasos sanguíneos.
Los métodos mecánicos a partir de los cuales se logra la detención de sangre son: la cera de hueso tiene un alto efecto hemostático. Una herramienta eficaz es realizar ligaduras o pinzar con una pinza hemostática sobre el vaso sanguíneo para impedir la salida de sangre. El gelfoam es una esponja que estimula la coagulación. El sulfato cálcico bloquea de forma mecánica los vasos que están abiertos. Para poder realizar hemostasia se pueden emplear gasas estériles presionando sobre la herida.
Existen métodos térmicos como el bisturú hemostático y la electrocirugía mediante los cuales se realiza el sellado y coagulación de los tejidos.
Así pues, es importante realizar una historia clínica detallada haciendo énfasis el los antecedentes de coagulación para poder prevenir cualquier alteración hemorrágica intraoperatoria.