El periodonto tiene como función principal sujetar los dientes en la arcada dentaria y durante la masticación ya que se realizan fuerzas importantes y el periodonto debe adaptarse para poder soportarlas y evitar que se caigan los dientes o se destruya el hueso alveolar. Para poder realizar esta función el periodonto se divide en dos: el periodonto de protección y el periodonto de inserción.
El periodonto de protección o encía, es la parte de la mucosa masticatoria que cubre la parte del hueso alveolar y envuelta el diente en toda las superficie. La encía tiene una textura y forma característica la cual se adquiere durante la erupción dental. No obstante, en ocasiones los dientes mal posicionados generan algunas irregularidades en la encía haciendo que esta tenga variaciones de grosor.
El periodonto de inserción está formado por el hueso alveolar, el cemento radicular y el ligamento periodontal. Este tipo de periodonto tiene unas funciones muy importantes que deben ser conocidas. Las funciones del periodonto son el soporte, la regeneración, la nutrición gracias a los vasos sanguíneos y la sensibilidad gracias a las fibras propioceptivas que preservan la integridad del periodonto durante la masticación debido a las fuerzas que se ejercen. El ligamento periodontal funciona como un mecanismo de soporte y fijación dental.
¿Cómo se puede detectar la inflamación gingival?
Durante la exploración clínica se registra una serie de información la cual puede indicar si existe una inflamación en las encías o no. Se suele registrar el grado de inflamación, el color, el tamaño de la encía y si hay presencia de sangrado, supuración, placa bacteriana o cálculo dental.. El color de la encía puede variar correspondiendo a diferentes patologías sistémicas, como la hepatitis o la enfermedad de Addison.
La encía aumenta por la inflamación y disminuye la penetrabilidad de la sonda, por lo que la profundidad de sondaje en existencia de inflamación puede ser errónea.
La placa dental es esencial para el desarrollo de enfermedad periodontal e inflamación de las encías. Por lo que el control de la placa con un cepillado excelente es fundamental en el tratamiento de las enfermedades periodontales, ya que la placa dental no se va ni con la salida ni tampoco con el enjuague bucal.
El cálculo dental se trata de placa dental calcificada. El cálculo esta formado por placa mineralizada cubierta por placa no mineralizada en su superficie más externa. La saliva contiene productos antibacterianos y otros que favorecen la formación de placa dental. El cálculo puede ser supragingival, por encima de la encía y es visible clínicamente, o subgingival, por debajo de la encía y únicamente puede observarse mediante radiología. El cálculo supragingival aporta una mayor retención y estimula nuevas acúmulos de placa.
Así pues, el cálculo favorece el acúmulo de placa bacteriana, dificulta la eliminación de la placa, es un reservorio de los productos tóxicos, aproxima la masa bacteriana al tejido periodontal y interfiere con los mecanismos de limpieza locales.
¿Qué es la gingivitis?
La gingivitis es una inflamación de la encía, con cambio de color, de forma, textura y presencia de sangrado. Se trata de una lesión inicial, temprana y establecida. Existen dos tipos de gingivitis, la agresiva y la crónica. La crónica puede acabar en una forma de periodontitis. Hay una diferencia importante entre gingivitis y periodontitis y es que en la periodontitis hay un pérdida de inserción ósea.
La gingivitis también puede estar asociada y modificar por factores sistémicos, como las hormonas, el embarazo, la pubertad, entre otras. El cambio de color del margen gingival, la inflamación, el sangrado, la placa o la presencia de cálculo es reversible, pero si se establece la periodontitis se tratará de una enfermedad irreversible.
¿Cómo se puede tratar la gingivitis?
El tratamiento de la gingivitis consiste en un control de las enfermedades sistemáticas, la modificación de la técnica de cepillado para controlar la placa dental con una motivación para la higiene bucodental y la realización de una higiene profesional para eliminar el posible cálculo depositado en las superficies dentales.
La periodontitis es una destrucción de la inserción ósea, con existencia también con una destrucción del tejido conectivo, del hueso alveolar y además una destrucción del ligamento periodontal. La enfermedad periodontal cursa a modo de brotes, sin afectación por igual a todos los puntos periodontales. Esta enfermedad puede ser agresiva, localizada o generalizada, y crónica.
El tratamiento de la periodontitis consiste en un control de las enfermedades sistémicas del paciente un control mecánico de la placa, un control químico de la placa supragingival y subgingival, la motivación para realizar una correcta higiene bucodental, el tratamiento periodontal mediante raspado y alisado radicular y, en ocasiones, es necesario la intervención mediante cirugía periodontal para eliminar los focos de infección restantes. La eliminación de la placa y del cálculo subgingival se requiere para poder reducir la inflamación i la profundidad de las bolsas periodontales.
Es importante destacar que después de un tratamiento periodontal, tanto de la gingivitis como de la periodontitis, el paciente pasa a una fase de mantenimiento, en la que se realizan controles periódicos para poder evaluar el estado de salud periodontal y bucodental y controlar la enfermedad también mediante un mantenimiento periodontal realizado por el odontólogo especialista.
REFERENCIAS
- Newman MG, Takei H, Klokkevold PR, Carranza F. Periodoncia clínica de Carranza. 11a ed. Venezuela: Amolca; c2014.
- Manual de Periodoncia. Echevarría García JJ, Echevarría Manau A. Ed. Ergon. Barcelona, 2007.