Un colgajo es una porción de tejido, con una aportación vascular propia, que ha diseñado el cirujano para poder acceder con comodidad al campo operatorio y porque, una vez en reposo, cicatrice sin dificultad. En la cavidad oral los colgajos utilizados con más frecuencia son los de grosor total, es decir, los mucoperiósticos.
Existen muchos tipos de colgajos que se diseñan según la finalidad operatoria que se requiera, uno de ellos es el colgajo de Widman modificado.
El colgajo de Widman modificado fue descrito por Ramfjord y Nissle en 1974, llamado también como técnica de curetaje a colgajo abierto. Es uno de los métodos quirúrgicos más empleados para el tratamiento de la enfermedad periodontal. Esta técnica se describe como una modificación del curetaje subgingival, en la que pequeñas incisiones verticales permiten levantar el colgajo para ganar acceso a la superficie radicular y eliminar placa y cálculo con más facilidad.
La técnica del colgajo de Widman modificada
Se realiza una incisión inicial para realizar el colgajo, la cual se efectúa siendo paralela al eje mayor del diente y aplicarse a un milímetro del margen gingival vestibular. De esta forma se separa de forma correcta el epitelio de la bolsa en la cara vestibular de los dientes. La técnica de incisión similar se utiliza en la cara palatina. Generalmente, son necesarias la realización de incisiones verticales llamadas incisiones liberadoras.
Los colgajos vestibular y palatino de espesor total se levantan con cuidado con un periostotomo. El levantamiento del colgajo debe ser limitado y permitir que queden expuestos solo unos pocos milímetros de la cresta alveolar.
Para facilitar la separación suave del cuello del epitelio de la bolsa y del tejido de granulación de las superficies radiculares sebe hacerse una incisión intracrevicular alrededor de los dientes hasta la cresta alveolar, una segunda incisión.
Finalmente, se realiza una tercera incisión perpendicular a la superficie radicular y tan cerca de la cresta ósea como sea posible mediante la cual se separa el cuello o reborde tisular del hueso alveolar.
Después del desbridamiento y curetaje correctos de los defectos óseos, los colgajos se ajustan con cuidado para recubrir el hueso alveolar y se suturan. El recubrimiento debe ser lo más ajustado posible sobre la superficie dental.
Esta técnica implica que no existe ningún desplazamiento del colgajo y mantiene el hueso íntegro. Además, hay una mínima pérdida de tejido periodontal, la exposición radicular es mínima evitando problemas de sensibilidad y se mantiene la estética.