Pérdida de hueso en implantes dentales, causas y tratamientos

La pérdida de hueso en implantes dentales es llamada periimplantitis. La periimplantitis es un proceso que cursa con inflamación y que afecta a los tejidos que rodean al implante. El resultado final es la pérdida de apoyo del hueso alveolar.

La incidencia de la pérdida de hueso en implantes está alrededor de un 8% en los pacientes que son susceptibles a periodontitis o que hayan tenido problemas periodontales al largo de su vida, por el contrario, solo afecta a un 3% de los pacientes que no susceptibles a la periodontitis. Son entidades de baja prevalencia, pero en un futuro puede ser notable debido a la cantidad de paciente que realizan tratamientos implantológicos.

La clínica de la pérdida de hueso en implantes

La pérdida de hueso en implantes o periimplantitis se muestra clínicamente como un enrojecimiento de la mucosa, presencia de sangrado, un aumento de la profundidad de la bolsa, en ocasiones una supuración purulenta, la pérdida radiológica de altura ósea periimplantaria, dolor a la percusión o al apretar los dientes y puede aparecer movilidad progresiva del implante en casos avanzados.

Los cuadros clínicos inflamatorios excluidos son todos en los que la pérdida total o parcial de la integración sucede al primer período en el que el implante no esté en función. La lesión periapical implantaría es producida como respuesta a los productos bacterianos, las células liberadoras de citoquinas, las citoquinas y las citoquinas osteolíticas. Los productos bacterianos liberan citoquinas de las células huésped, que son responsables del proceso de ruptura del periodonto en la periodontitis. Las células liberadoras de citoquinas son los linfocitos T, los monocitos, los fibroblastos, las células epiteliales y endoteliales. Las citoquinas son los productos inducidos en el curso de una respuesta inflamatoria y está asociada con su progresión. En el proceso inflamatorio son responsables de la reabsorción ósea.

¿Cuáles son las causas de la periimplantitis?

La periimplantitis es una causa multifactorial, es decir esta enfermedad depende de múltiples factores. Estos factores pueden ser la edad, la carga del implante, la localización del implante en el maxilar superior, la cantidad de hueso, una predisposición genética y una mala calidad del hueso, como el tipo 4. Cuando la baja calidad ósea coexiste con cualquiera de los otros factores hace un efecto multiplicatorio. Es sabido que existe un gen el cual está presente en el 50% de los pacientes con periimplantitis y presentan un fracaso post-carga a largo plazo 3 veces superior.

Los factores predisponentes son lo que hacen que se inicie o mantenga el proceso inflamatorio, la mayoría de ellos son iatrogénicos. Algunos de ellos son:

  • La relación biológica de los tejidos periimplantario con la superficie del implante, como la disposición de las fibras de colágeno periimplantarias. La unión hemidesmosomica del el tejido conectivo con el implante o el menor aporte vascular frente agresiones.
  • El diseño del implante y calidad del ajuste de sus componentes. La rugosidad hace que exista adhesión de placa, un error en la interfase ente el implante y la corona hace que entren bacterias. 
  • La corrosión de metales. Los metales no nobles, como el níquel cromo o el cromo cobalto junto con titanio son sinónimos a corrosión.
  • La colonización bacteriana de la bolsa periimplantaria es mayor en superficies rugosas. No existen diferencias respecto al tipo de superficie y la selección de especies bacterianas agresivas colonizadoras, por lo que las superficies no condicionan la composición de la placa bacteriana. Las bolsas de más de 4 milímetros presentan mayor riesgo. La excesiva proximidad de los implantes es un factor negativo si condiciona a la higiene.
  • La sobrecarga mecánica del implante. Como los factores de carga oclusal, los factores protésicos, como una falta de ajuste pasivo de la prótesis atornillada.
  • El hábito tabáquico. Los pacientes que son fumadores presentan una relación con fracasos en maxilar superior, pero no en la mandíbula.
  • Otros factores como un tratamiento crónico con fármacos corticoesteroides, la diabetes o la radioterapia y la quimioterapia.

El tratamiento de la pérdida de hueso en implantes dentales

Para poder tratar la pérdida de hueso en los implantes dentales es fundamental hacer un correcto diagnóstico. En las radiografías sólo será evidente cuando el hueso haya perdido un 30% de su masa. Las proyecciones radiológicas deben individualizarse mediante posicionadores para poder ser comparables. Estas no permiten evaluar pérdidas localizadas en la zona vestibular o lingual.

Se puede hacer un diagnóstico bacteriológico precoz con el análisis del fluido periimplantario, mediante sondas DNA, analizar el volumen de fluido o realizar cultivos. Los cambios más precoces son el aumento de indicadores de reabsorción ósea.

El tratamiento de la periodontitis se basa en un tratamiento de apoyo interceptivo acumulativo, mediante la inspección de la profundidad de sondeo y la presencia de sangrado. La cirugía resectiva o regenerativa se realiza cuando hay un defecto muy grande o compromiso estética. Si la perdida es incipiente se debe instaurar el mismo tratamiento que la mucositis, la descontaminación del pilar y la antibioticoterapia. En cambio si la pérdida es avanzada o no mejora con el tratamiento, se debe realizar un tratamiento quirúrgico. 

Uno de los tratamiento es la implantoplastia, consiste en alisar la superficie de los implantes cuando estos acumulan mucha placa. Es importante descontaminar la superficie del implante antes de hacer cirugía. Los implantes recubiertos de hidroxiapatita se descontaminan con ácido cítrico y si la hidroxiapatita está dañada se debe eliminar con ultrasonidos o aire abrasivo. Los implantes de superficie de titanio, se descontaminan mediante tetraciclinas en aplicación tópica, irrigación con ácido clorhídrico y suero fisiológico. La descontaminación también se puede hacer con láser.

Es importante la preservación de la mucosa de alrededor. Se debe evitar la colonización bacteriana de la bolsa periimplantaria mediante el control del paciente periodontal y el adelgazamiento mucoso, por lo que no se deben tratar a pacientes con enfermedad periodontal activa. También se debe controlar la sobrecarga y controlar el implante periódicamente.

REFERENCIAS

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