La endodoncia es una de las ramas de la odontología, la especialidad que se encarga de la prevención, diagnóstico, plan de tratamiento y tratamiento en sí de las múltiples enfermedades o lesiones que pueda presentar la pulpa dental. En la pulpa dental se alberga lo que comúnmente denominamos “nervio”, además también está compuesta por tejido blando y vaso sanguíneos entre otros.
Al acto de realizar una endodoncia, también se le puede denominar con otros nombres como puede ser desvitalizar la pieza dental en cuestión, tratamiento de conductos, o como más comúnmente la denomina la población por lo general, “matar el nervio”.
Por qué se debe realizar un tratamiento de conductos o endodoncia
Una de las causas más habituales y de mayor peligro para llevar a cabo una endodoncia es la extensión de una caries que ha llegado a afectar a la pulpa dental, lo que deriva en una pulpitis inflamación de la pulpa causando un dolor intenso para el paciente que solo llegará a desaparecer tras la realización de la endodoncia, en ocasiones llega a ser tan severa esta inflamación y caries que puede provocar la necrosis (muerte) de la pulpa dental es por lo que de repente el dolor en paciente remitirá y la sintomatología será inexistente.
Otros motivos para realizar la endodoncia son traumatismos que haya podido sufrir el paciente en el pasado o en el presente, el bruxismo también puede comportar que sea necesario este tratamiento, otro motivo menos prevalente es el modo de llevar a cabo alguno de los tratamientos de restauración o los materiales que se han utilizado y como se han utilizado.
La pulpitis es la patología que se manifiesta con unos signos muy característicos tales como dolor frente a estímulos o dolor espontaneo, el tipo de dolor que explica el paciente servirá para indicar al endodoncista si la endodoncia es necesaria o no.
A continuación, vamos a explicar brevemente como se realiza una endodoncia. La endodoncia tiene el objetivo de extirpar total de la pulpa dental, el procedimiento se basa en la limpieza del sistema de conductos radiculares, para poder eliminar microorganismos y bacterias que han llegado a penetrar en esta anatomía, el procedimiento se efectuara por pasos y en ocasiones por fases dependiendo de la pieza a tratar y el estado en el que se encuentre esta.
- Diagnóstico por parte del especialista (endodoncista) el cual para establecer un claro diagnóstico realizará una serie de preguntas al paciente, enfocadas a saber cómo es el dolor, donde es el dolor, intensidad del dolor. A demás realizar un exhaustivo examen radiográfico para valorar la anatomía de la pieza a realizar el tratamiento.
- Anestesia: se utiliza anestesia local, actuando sobre el diente a tratar y tejido circundante, es muy importante que no exista infección de carácter severo ya que de ser así la anestesia no realizará su función. De existir inflamación e infección se deberá administra previamente al paciente una pauta antibiótica y antiinflamatoria.
- Aislamiento de la pieza a tratar: se debe aislar el diente a tratar para que los productos utilizados no lleguen al resto de la cavidad oral ni se den traspaso de bacterias.
- Apertura de la pieza dental: se perfora la pieza del modo más conservador posible, se procede a la extracción de la pulpa dental (nervio o nervios).
- Instrumentación y conductometría: se establece una longitud de trabajo para no pasarse de la longitud que tiene el nervio y se deja totalmente séptico.
- Obturación: en esta fase se realiza el sellado de los conductos para que no vuelvan a penetrar bacterias.
- Provisional: se rellena la cavidad con una pasta provisional que se cambiara por una definitiva si tras una semana está todo correcto, comprobado mediante una radiografía.
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