La pérdida dental puede suponer un problema en la boca ya que la función masticatoria se ve afectada. En muchos de estos casos, se opta para colocar implantes dentales para restituir la función bucodental.
Los implantes dentales son estructuras hechas de titanio que tienen una semejante a la raíz de un diente natural. Se colocan de forma quirúrgica en los huesos maxilares, restituyendo el diente perdido con la colocación posterior de una corona sobre el implante.
Tratamiento con implantes pterigoideos
La planificación del tratamiento se inicia con la realización de una buena historia clínica y una adecuado diagnóstico para que de este modo el tratamiento sea lo más individualizado posible. Durante esta planificación, existen limitaciones anatómicas relacionadas con el maxilar superior, en la mayoría de casos, especialmente en la parte posterior. En esta zona es normal encontrar una reabsorción de la cresta alveolar tras la pérdida de dientes dando una altura ósea insuficiente para la colocación de implantes y su mantenimiento a largo plazo.
Para solucionar estos inconvenientes anatómicos y biológicos existen varias alternativas, siendo la más frecuente la elevación del seno maxilar con injerto de hueso y la colocación de implantes pterigoideos.
Los implantes dentales pterigoideos se colocan en la sutura pterigomaxilar. Este tipo de implantes proporcionan un soporte posterior estable y presentan buenos resultado a largo plazo. Esta técnica requiere habilidad quirúrgica y un conocimiento anatómico del área a tratar.
La fisura pterigomaxilar está formada por tres estructuras óseas: la parte posterior de la tuberosidad del maxilar, la apófisis piramidal del hueso palatino, y la apófisis pterigoides del hueso esfenoides. Estas tres estructuras conjuntas dan lugar a una región buena calidad ósea siendo una zona de anclaje excelente, comparado con la zona de la tuberosidad del maxilar, la cual el hueso no es de tanta calidad.
El implante dental pterigoideo sigue una dirección superior, posterior y medial con inicio en la tuberosidad y final en la fisura pterigomaxilar, evitando la pared posterior del seno maxilar y el agujero palatino por el que transcurre el paquete vasculonervioso palatino. Este recorrido que recorre el implante colocado en esta zona anatómica hace que los implantes empleados tengan una longitud entre 15 y 20 milímetros, dependiendo del grado de reabsorción ósea de la tuberosidad del maxilar.
Así pues, la colocación de de los implantes dentales pterigoideos ofrece una alternativa de tratamiento y rehabilitación en el maxilar superior posterior en aquellos casos en los que existe una altura ósea reducida, evitando la necesidad de realizar injertos óseos en el seno maxilar.