La pulpa dental es un tejido de tipo conectivo que se localiza en el interior de los dientes y está delimitado por la dentina, un tejido duro, calcificado y en continua formación, que condiciona la progresiva disminución del volumen de la pulpa.
El tejido conectivo pulpar se encuentra rodeado por tejidos duros, el esmalte y la dentina, que, mientras permanezcan íntegros, actúan como una barrera defensiva mecánica frente a los agentes patógenos. Cuando la caries, los traumatismos o los irritantes, rompen esta barrera, las noxas y los microorganismos pueden alcanzar el tejido pulpar, desencadenando una respuesta.
En función de la intensidad y la duración de los irritantes, y también de la resistencia del huésped, la patología pulpar puede variar desde una inflamación temporal o pulpitis reversible hasta una inflamación grave y progresiva, o pulpitis irreversible, que, si no se trata, evolucionará hacia la necrosis.
El diagnóstico clínico se fundamenta en la valoración de la etiopatogenia de la inflamación pulpar, su sintomatología y la observación de los signos clínicos asociados. Así, se obtiene un diagnóstico individualizado según la valoración.
¿Qué tipo de enfermedad de la pulpa dental existen?
La clasificación clínica de la patología pulpar es la siguiente:
- Pulpitis reversible. Puede ser sintomática (con síntomas) o asintomática (sin síntomas).
- Pulpitis irreversible. También puede ser sintomática o asintomática.
- Necrosis pulpar.
Pulpitis reversible
La pulpitis reversible es una inflamación superficial de la pulpa con capacidad reparativa. Es la primera respuesta inflamatoria. Esta patología es producida por caries que afectan a la dentina pero son poco profundas, después de un tallado protésico, en traumatismos o después de una obturación con un mal ajuste de la oclusión.
La mayoría de pulpitis reversibles son asintomáticas. Si hay síntomas, estos son de dolor ante estímulos, como el frío, los dulces, los ácidos, el roce y la impactación alimentaria. Este dolor suele ser de escasa duración que cede en segundos y al desaparecer el estímulo. Así pues, el dolor siempre es provocado.
El tratamiento de la pulpitis reversible es tratar la causa. En caso de ser una caries poco profunda, se extirpa la caries y se restaura de forma definitiva.
Pulpitis irreversible
La pulpitis irreversible es la inflamación de la pulpa sin capacidad de recuperación. Generalmente es una pulpitis reversible que no recibe tratamiento. Y si esta no se trata, puede llegar a la necrosis pulpar.
Las pulpitis irreversibles de tipo sintomático tienen una sintomatología de dolor intenso, espontáneo o provocado y de larga duración (unos minutos). En procesos purulentos, el frío calma el dolor (al provocar una contracción de forma temporal de los vasos). El tratamiento de este tipo de pulpitis es el tratamiento de conductos completo o también llamada endodoncia.
Las de tipo asintomático se encuentran la mayoría de las pulpitis irreversibles. Llegan a la clínica cuando se transforman en sintomáticas. El tratamiento es la biopulpectomía total o endodoncia.
Necrosis pulpar
La necrosis pulpar es la descompensación del tejido pulpar, con destrucción del sistema vascular y linfático, de las células y, al final, de las fibras nerviosas.
La etiología o causa de la necrosis es la presencia de bacterias o no. Cuando existe una caries o un traumatismo que deja la pulpa abierta, la necrosis es producida por bacterias. En cambio, cuando hay un traumatismo en el diente pero este no se rompe, no hay entrada de bacterias, por lo que si se necrosa es debida la fractura de la arteriola de la pulpa y el diente se va oscureciendo.
La necrosis es asintomática. Si aparecen síntomas es cuando las toxinas o las bacterias afectan a alrededor del ápice, al periodonto apical.
El tratamiento es la endodoncia progresiva desde la corona a la zona apical.
El recubrimiento pulpar, ¿qué es y cuándo es necesario? - Estudi Dental Barcelona
25 enero, 2018 at 8:52 am