La sonrisa gingival hace referencia a la sonrisa que muestra excesivamente las encías en comparación con los dientes, es decir, cuando una persona enseña demasiada encía al sonreír. En general se enseña encía por encima de los dientes anteriores. Esta complicación puede provocar complejos al paciente con su sonrisa, algo que puede condicionar su autoestima y su relación con los demás. La estética dental tiene cada vez más importancia entre los pacientes.
De manera que, la sonrisa gingival es considerada más como un problema más estético que patológico, que se puede definir como la insatisfacción o el descontento que una persona tiene al sonreír porque la altura de las encías que se aprecia al es excesivo en relación al tamaño de los dientes.
Esta definición tiene un amplio margen de relatividad, pues se trata de un problema de apreciación personal. No obstante, los estudios que se han llevado a cabo han determinado un criterio general, la sonrisa gingival se concreta por término medio cuando la altura de la encía que se ve al sonreír supera los 4 mm.
Causas de la sonrisa gingival
Las causas que determinan la sonrisa gingival son diversas.
Desde una perspectiva estética, puede decirse que la sonrisa gingival se produce por una falta de armonía entre la encía, el tamaño de los dientes y la posición anatómica del maxilar superior. Se puede añadir también la longitud del labio superior y el movimiento de extensión y elevación que éste realiza cuando se sonríe.
Pero, más allá de una cuestión de medidas y proporcionalidad, hay otros factores causales que pueden determinar que la sonrisa de una persona pueda ser considerada como gingival:
- Que los dientes definitivos hayan erupcionado de forma inadecuada haciendo que se vea mucho margen de encía.
- Que el labio superior sea hiperactivo y suba más de lo debido de modo que quede expuesta gran parte de la encía.
- Que el maxilar superior esté adelantado en relación al resto de la cara o sea demasiado largo.
- Que se hay producido un desgaste excesivo de los dientes superiores, de modo que se haya acortado su longitud y, como consecuencia, la altura de la encía aparente sea superior a lo debido.
Tratamiento de la sonrisa gingival
La sonrisa gingival se puede corregir, pero el tratamiento dependerá de cuáles sean los factores que la determinan.
En el caso que los dientes sean más cortos de lo normal, ya sea porque se han desgastado en exceso o por que la encía los cubre en una extensión excesiva, se puede eliminar quirúrgicamente el exceso de tejido gingival (encía) y darle la forma necesaria, de modo que aumente la extensión visible del diente, este procedimiento es conocido como gingivoplastia.
Por otra parte, los problemas de erupción de los dientes o los dientes prominentes se pueden corregir mediante una ortodoncia y, si se han desgastado en exceso, luego reconstruirlos con coronas o carillas dentales.
En lo que respecta al labio hiperactivo, se puede alterar su posicionamiento en la sonrisa mediante un procedimiento quirúrgico o la aplicación de un tratamiento con toxina botulínica (botox) para bloquear la acción de determinados músculos que intervienen en la gestualidad labial de la sonrisa. Este tipo de tratamiento es de efecto temporal y deberá repetirse con una periodicidad.
En los casos más graves, si el problema es que el maxilar es demasiado largo, la solución es la cirugía ortognática, con la que se corrige su posición.
En el caso de que se sumen múltiples factores causales, será necesario aplicar una combinación de varios de los tratamientos.