Los métodos de control de la placa bacteriana son aquellos procedimientos dirigidos a la eliminación de los depósitos que se acumulan sobre las superficies dentarias.
La eliminación y el control de la placa bacteriana es fundamental para conseguir una salud dental y periodontal. Esto se puede conseguir mediante técnicas mecánicas y químicas. Los procedimientos mecánicos se realizan mediante herramientas que arrastran la placa de la superficie dental. Con los químicos se pretende interferir en todas las reacciones químicas de crecimiento y metabolismo bacteriano.
Consejos y recomendaciones para una higiene bucal adecuada
La eliminación mecánica de la placa se basa en la limpieza mecánica de los dientes, por parte del individuo.
El cepillado dental es un tipo de eliminación mecánica el cual es necesario para la prevención de la caries y de las enfermedades periodontales en la mayoría de los individuos. Su finalidad es la eliminación de la placa bacteriana adherida en la superficie de los dientes, de los residuos alimentarios y también de las tinciones.
El diseño del cepillo es importante para poder tener una higiene bucal adecuada. El mango debe ser acorde con la edad y la destreza del individuo. El cabezal de este tiene que ser de acurdo con el tamaño de la boca del paciente, siempre recomendando un cabezal pequeño y redondo para poder llegar bien a todas las superficies dentales. Se aconseja unos cepillos de dientes de nylon o poliéster con la punta redondeada. Este debe ser cambiado aproximadamente cada 3 meses.
La técnica de cepillado que se recomienda es según la edad y la destreza de cada uno. Para los niños la mejor técnica es la horizontal, en cambio para los adultos se recomienda la técnica de Bass, para poder conseguir una higiene del surco gingival. Esta técnica consiste en la realización de movimientos rotatorios sistémicos a partir del surco gingival. En los niño
Se debe realizar una higiene bucal tres veces al día, de una media de 3 minutos cada vez que se cepillan los dientes. Es imprescindible el uso de una pasta de dientes fluorada, es decir con ion fluoruro, para prevenir la caries dental.
Los cepillos eléctricos pueden ser útiles para los pacientes que estén desmotivados y con poca habilidad manual, o en grupos especialmente de alto riesgo en acúmulo de placa, como los niños, portadores de ortodoncia o pacientes incapacitados. Este tipo de cepillos dentales empezaron a ser útiles cuando se introdujeron los movimientos de rotación en estos. Los cepillos manuales superan al cepillado manual en las zonas de más difícil acceso.
La higiene interdental o interproximal es imprescindible para poder conseguir una higiene bucodental adecuada. El hilo dental se usa en los espacios interproximales donde no haya una perdida de soporte y el espacio es cerrado. En los casos que haya una perdida de soporte o periodontitis, se recomienda la utilización de cepillos interproximales.
Si el cepillado dental no es adecuado o la técnica es demasiado agresiva pueden aparecer efectos secundarios a esto. Estos efectos pueden ser abrasiones cervicales del esmalte, de la dentina o del cemento o lesiones en los tejidos gingivales (como recesiones).
Los métodos químicos del control de placa se aconsejan en aquellos pacientes con limitaciones del control mecánico de la placa, siempre y cuando exista una motivación y habilidad manual por parte del paciente, los pacientes que por procesos patológicos tengan una acceso limitado al cepillado dental, los pacientes con alto riesgo a sufrir las principales enfermedades orales.
Los agentes antiplaca son los que favorecen la prevención de la caries dental o la gingivitis, es decir que el agente químico tenga un efecto sobre la placa bacteriana para reducir la patogenicidad de esta. Los requisitos básicos de los agentes antiplaca o químicos es que estos sean eficaces (que exista uno o más principio activos que haya demostrado clínicamente tener capacidad para reducir los niveles de placa) y seguros (con ausencia de efectos secundarios).
Se aconseja también realizar controles periódicos con el odontólogo para poder revisar la cavidad bucodental y otras patologías sistémicas y, además, si es necesario, realizar una profilaxis profesional previniendo y manteniendo la salud bucodental. Esta profilaxis profesional consiste en el control de placa por parte del paciente, mediante una adecuada historia clínica, un examen ora, el registro del índice de placa, valorando así el nivel de riesgo de las enfermedades orales. Además, se instruye y se motiva la paciente para la higiene y salud oral. En esta profilaxis o higiene profesional se elimina la placa, el cálculo o sarro y las tinciones que puedan existir, así como un pulido de las superficies dentarias y de las restauraciones desbordantes y de los espacios interproximales. Dependiendo del riesgo, se procede a realizar una fluorización profesional o la aplicación de sellado de fosas y fisuras.
Además de un buen cepillado dental, higiene interproximal y la revisión periódica con el odontólogo de confianza para una higiene bucal adecuada, se recomienda la eliminación de los hábitos toxicológicos, como por ejemplo el tabaco, evitando el empeoramiento del estado de salud. También, un estilo de vida saludable con una reducción de los alimentos procesado y un aumento del consumo de frutas y verduras, así como hacer deporte diariamente, hacen que con todo esto se pueda obtener una higiene bucodental adecuada.
REFERENCIAS
- Cuenca Sala E, Baca García P. Odontología preventiva y comunitaria. Principios, métodos y aplicaciones. 4a ed. Barcelona: Elsevier Masson; 2013.
- Robinson PG, Deacon SA, Deery C, et al. Manual versus powered toothbrushing for oral health. Cochrane Database Syst Rev 2005;(2):CD002281.
- Grender J, Williams K, Walters P, Klukowska M, Reick H.Plaque removal efficacy of oscillating- rotating power toothbrushes: review of six comparative clinical trials. Am J Dent. 2013;26:68-74.