¿En qué consiste la oclusión orgánica o mutuamente protegida?

Cuando realizamos cualquier tipo de tratamiento de rehabilitación oral en odontología se busca alcanzar lo que se denomina una oclusión orgánica u oclusión mutuamente protegida con el fin de que los contactos entre los dientes del maxilar superior y la mandíbula permitan realizar unas funciones óptimas con el tratamiento realizado.

Características de la oclusión orgánica

La oclusión orgánica es aquella en la que existe una máxima intercuspidación, es decir, el sector posterior contacta con ambos lados, mientras que el sector dental anterior contacta mínimamente.

También es conocida como oclusión mutuamente protegida, porque los dientes posteriores protegen a los anteriores en los movimientos de cierre del maxilar superior y la mandíbula, no existiendo contacto en los dientes anteriores. Como también, los dientes anteriores protegen a las posteriores en los movimientos de lateralidad, no habiendo el contacto en el sector posterior cuando la mandíbula se dirige hacia la derecha o izquierda.

Es imprescindible que exista una oclusión orgánica como filosofía y fin de cualquier trabajo de rehabilitación oral, al realizar prótesis dento-soportadas (sobre dientes naturales) como también, prótesis implanto-soportadas (sobre implantes).

Para el éxito de estos tratamientos se debe planificar correctamente la relación entre los dientes del maxilar superior e inferior. Para tomar una buena referencia de la oclusión mutuamente protegida, debe existir previamente una relajación muscular ya que cualquier tipo de contractura muscular puede modificar la posición de la mandíbula. Asimismo, debe haber ausencia de procesos inflamatorios articulares y la posición del cóndilo debe ser la correcta (en relación céntrica).

Principios básicos de la oclusión orgánica

La oclusión orgánica debe cumplir las siguientes características o principios básicos, que son:

  • Correcta dimensión vertical de la cara.
  • Máxima intercuspidación dentaria (máximo contacto entre dientes superiores e inferiores).
  • Adecuados movimientos de lateralidad y anteroposteriores mandibulares.
  • Relación oclusal estable bilateral.
  • Ausencia de interferencias.
  • Contacto uniforme en relación céntrica (posición adecuada del cóndilo mandibular).

En algunos casos, resulta muy difícil analizar si una boca cumple estos principios básicos de oclusión y establecer si pueden ser una de las causas que esté desencadenando cualquier patología de la articulación de la mandíbula o del sistema estomatognático.

También es imprescindible valorar los cuatro factores que deben presentarse en cualquier situación fisiológica oclusal, y sobre todo en aquellos casos en que se pretenda realizar una rehabilitación integral oral. Clínicamente, estos factores son conocidos como: la guía anterior, la relación céntrica (correcta posición del cóndilo), la dimensión vertical y la estabilidad oclusal.

En casos en que el paciente presente estrés y apriete los dientes o sea bruxista, se deberá proceder a realizar una férula de descarga rígida nocturna.