El color dental no se considera un parámetro estable, sino que se trata de un factor variable; es decir es distinto en cada persona, igual que el color de piel, del pelo o de los ojos, y también es variable de una dentición a otra e incluso al largo del tiempo.
Los dientes están compuestos, entre otros tejidos, de esmalte y dentina. El primero, el esmalte, es transparente, por lo que la dentina es la responsable de determinar el color de los dientes.
Es importante remarcar que todos los dientes no son lisos ni uniformes, sino que presentan rugosidades y variaciones de color en un mismo diente. Por lo que la parte incisal de los dientes, tiende a ser más clara y en la parte cervical (cerca de la encía) el color del diente más oscuro. Destacar que los dientes desgastados hacen que el color de ellos se vaya oscureciendo.
Respeto la dentina, esta en su estado habitual es de color amarillo y la intensidad de este depende de la calidad y el grosor de ella. Este grosor varía según los diente. Por ejemplo, el canino presenta mucho más grosor por lo que este diente será un tono más amarillento.
¿Qué factores hacen que varíe el color?
Los factores que hacen que el color del diente sea variable y que pueden alterarlo son múltiples. Estos de clasifican en intrínsecos o extrínsecos.
Los factores intrínsecos son todos aquellos que no se pueden controlar. La edad y los traumatismos dentales son los principales factores intrínsecos. La edad es muy importante remarcarla ya que los dientes se vuelven más oscuros y opacos a medida que se envejece. En este tipo se incluye: la región del diente y el diente en sí. Su región favorece a la penetración de más o menos luz, por lo que los dientes posteriores tenderán a verse de una tonalidad más oscura y los anteriores con más luminosidad.
En cambio, los factores extrínsecos se refieren a aquellos que se pueden controlar ya que vienen dados por:
- Una higiene bucodental deficiente. Es muy importante mantener una buena higiene para prevenir cualquier patología bucodental.
- El tabaco.
- El consumo de alimentos con pigmentos: el café, el té , el vino tinto, entre otros.
- Uso continuado de dentífricos y colutorios con clorhexidina. Ya que si se usa durante un tiempo superior a dos semanas, produce tinciones dentales.
- Medicamentos que se ha tomado durante la formación de los dientes (por ejemplo las tetraciclinas o el flúor).
En conclusión, el color del diente viene determinado por la genética y este varía de una persona a otra. Con el paso del tiempo, se altera el color dental, volviéndose más amarillos (debido al desgaste dental). Los principales causantes de una alteración del color son: el tabaco, el café, el té y el vino tinto (los cuales manchan los dientes) junto con una deficiente higiene bucodental.