Los problemas de salud y la relación de estos con el cáncer de la piel se han visto incrementados y de más importancia en los últimos años. Según la literatura científica actual, el 93% representa el porcentaje de los cánceres de piel por causa de la radiación ultravioleta, y aproximadamente la mitad de este porcentaje corresponden a los diferentes tipos de cáncer en los labios.
En el zona de transición entre la mucosa y la piel de los labios hay una presencia inferior de meloncitos, se trata de un epitelio sin queratina y sin capacidad de aumentar el grosor de su estrato córneo. En esta área hay una vulnerabilidad mayor a la radiación solar, respecto al resto de los labios.
Impacto de la queilitis en la salud
La queilitis actínica es una inflamación de los labios provocada por la exposición solar, siendo la energía radiante la que es capaz de producir cambios de tipo químico, como la luz visible y la ultravioleta).
La radiación ultravioleta tiene una determinada longitud de onda la cual provoca y actúa de modo carcinógeno, causando daños celulares mediante la mutación del ADN y varios genes.
La causa de la queilitis actínica es multifactorial, es decir que depende de varios factores, así como: la exposición solar, el tabaco, la edad o el sexo. Las personas más vulnerables o grupo de riesgo a desarrollar la queilitis actínica son aquellos que laboran expuestos al sol. Además, hay una relación de tipo directa ente la severidad de las lesiones y la acumulación de exposición solar. El consumo de tabaco aumenta la incidencia de un tipo de cáncer en el labio, el carcinoma escamoso, y más aún en aquellas personas que tienen queilitis actínica. La edad es otro factor favorecedor de esta patología, ya que cuanta más edad, más tiempo acumulado de exposición solar hay. La queilitis actínica tiene una incidencia más elevada en el sexo masculino, siendo esta más frecuente entre la cuarta y octava década de la vida.
La queilitis actínica se manifiesta clínicamente de diversas formas, como erosiones, úlceras, costras, lesiones blancas no ulceradas, principalmente ubicada en el labio inferior. De modo que los pacientes con un labio inferior hipotónico o más protruido tienen un riesgo adicional.
Según la severidad de las lesiones, estas pueden clasificarse en tres niveles principales: leve (si hay descamación y sequedad), moderada (si la descamación y sequedad están acompañadas de grietas) o severa (el labio es endurecido, hay una pérdida de los límites entre la mucosa y la piel del labio, y también hay costras y úlceras). De modo que esta clasificación de gran ayuda a la hora de realizar el diagnóstico. El potencial de malignidad de la queilitis actínica, según la literatura científica actual, está entre un 11 y un 36%, de modo que las lesiones de tipo moderada y severa requieren biopsia.
El tratamiento de la queilitis actínica puede realizarse mediante extirpación quirúrgica o médica. El tratamiento quirúrgico se puede realizar mediante varias técnicas, como la bermellectomía (la extirpación de una zona del bermellón labial), criocirugía (con bajas temperaturas), láser de CO2 o la realización de un curetaje de la zona afectada.
Con la afluencia de varias enfermedades con potencial maligno de la piel, aún más se han aumentado las campañas de prevención solar. Para que de este modo se cambie la conciencia de la exposición solar, la protección y el uso de ropa adecuada y, finalmente, el uso correcto y regular de unos adecuados protectores solares.