Las lesiones benignas rojas y de tipo ulcerado pueden clasificarse en lesiones vesiculares por virus, lesiones aftosas u otras lesiones, como por ejemplo el herpes simple recurrente, la neutropenia o la celiaquía.
Una de las lesiones más frecuentes dentro de las lesiones vesiculares por los virus, es la primoinfección herpética o también llamada recurrente, donde se destaca a la gingivoestomatitis herpética.
La gingivoestomatitis herpética es una enfermedad viral contagiosa común en los bebés y en los niños pequeños, causada por el virus del herpes simple.
Clínicamente esta enfermedad puede aparecer a partir de los 5 meses hasta los 5 años de edad. Los pacientes infantiles presentan lesiones las cuales pueden ser intraorales o extraorales, halitosis y linfadenopatías submaxilares.
Las fases clínicas de este tipo de primoinfección herpética se dividen en pródromo viral, la cual cursa con maletas, irritabilidad y fiebre alta, de hasta 40ºC. A los 3 o 5 días aparece una gingivitis de tipo difuso, donde las encías se observan enrojecidas y tumefactas, también pueden presentar sangramiento, ser dolorosas y que el niño presente una perdida del apetito. Posteriormente, aparecen vesículas en la mucosa bucal, en el paladar, en la lengua y en las encías. Estas en poco tiempo dejan de ser úlceras dolorosas que impiden la alimentación. Están recubiertas por una membrana de un color gris-amarillenta. Si las lesiones presentes se revientan pueden producir dolor.
Esta enfermedad tiene una importancia pediátrica autolimitada ya que las úlceras se curan entre los 8 y 10 días sin dejar ningún tipo de cicatriz. Existe un riesgo de afectación neurológica central, la encefalitis, por lo que se debe vigilar los signos de rigidez de la nuca para poder prevenir la aparición de esta afectación. Una de las complicaciones más graves en los niños es la fiebre elevada y la deshidratación, por lo que se recomienda aliviar los síntomas de fiebre y bajar la temperatura.
La principal etiología de la gingivoestomatitis herpética es la infección primaria o también llamada primoinfección del virus del herpes simple de tipo 1, llamado de forma abreviada como VHS-1.
El diagnóstico de esta enfermedad debe ser principalmente de tipo clínico, aunque para su confirmación se requieren pruebas de la laboratorio. La prueba más importante es la citología exfoliativa, la cual consiste en realizar un frotis del contenido vesicular. Existen otras pruebas como el aislamiento y cultivo viral, la detección de los antígenos víricos y la detección del ADN viral.
El tratamiento de la gingivoestomatitis herpética únicamente se proporcionará en caso que el proceso sea sintomático, ya que en ocasiones hay una gran afectación del estado general. En estos casos el tratamiento es farmacológico con analgésicos, antipiréticos y anestésico tópico en forma de gel. Se recomienda ingerir abundantes líquidos. Los enjuagues bucales con clorhexidina cada 4 horas sirven para evitar una posible sobreinfección.