El empleo de injertos óseos como alternativas de reconstrucción de defectos óseos, tienen como finalidad restablecer la integridad anatómica y la funcionalidad de las estructuras alteradas.
El injerto de hueso es la técnica quirúrgica mediante la cual se coloca hueso nuevo en zonas donde hay una falta de este ya sea por un defecto del hueso, por una rotura o por una reabsorción ósea.
Tras la pérdida de dientes, el hueso comienza a atrofiarse y hay una reabsorción del hueso en la zona. En muchas ocasiones, compromete la colocación de implantes o en la estética del paciente. Es por esta razón que los injertos de hueso en la odontología tienen una gran importancia.
El uso de injertos es cada vez más frecuente, pues se ha demostrado que constituyen un procedimiento seguro y de resultados predecibles.
La clasificación actual de los injertos son de acuerdo con su origen y estructura que permitan al cirujano realizar la elección adecuada basado en las necesidades estructurales y funcionales requeridas. Según estos criterios, los injertos se han clasificado en:
- Injertos autólogos o autoinjertos. Se componen por tejido tomado del mismo individuo, y proporciona los mejores resultados, ya que es el único que cumple con los tres mecanismos de regeneración ósea (osteogénesis, oesteoinducción y osteoconducción), además evita la transmisión de enfermedades y el rechazo inmunológico.
- Injertos homólogos o aloinjertos. Se componen por tejido tomado de un individuo de la misma especie, no relacionado genéticamente con el receptor; cuenta con capacidad osteoinductiva y osteocunductora.
- Injertos isogénicos o isoinjertos. Se componen por tejido tomado de un individuo genéticamente relacionado con el individuo que lo recibe.
- Injertos heterólogos o xenoinjertos. Se componen de un tejido tomado de un donador de otra especie.
Los injertos de hueso autólogos
Los injertos autólogos son los que se cogen del mismo paciente de una parte y se trasladan a otro para mejorar reestablecer la anatomía y la función de la zona receptora.
Como el hueso tomado es del mismo individuo, proporciona mejores resultados comparado con los otros tipos de injertos óseos. El autoinjerto es el único de los tipos de injertos de hueso que cumple con los tres mecanismos de regeneración ósea, es por esto que evita la transmisión de enfermedades y el rechazo inmunológico.
¿Cuáles son los tipos de injerto de hueso autólogo?
Los autoinjertos óseos se pueden clasificar dependiendo de la tipología de hueso que forma en injerto.
Los fragmentos de hueso cortical son una tipología de injerto autólogo de hueso donde el hueso a realizar el injerto procede de la zona de la cortical. Los fragmentos de hueso cortical no son muy utilizados en la actualidad por su gran dificultad a reabsorberse ya que los fragmentos son grandes.
El coágulo óseo se obtiene mediante el fresado del sitio del hueso de la zona de la cirugía junto con la sangre del paciente. Al ser los fragmentos óseos más pequeños los resultados son más positivos.
Otro tipo de autoinjerto óseo es el hueso de tipo medular. La médula del hueso es una zona donde el hueso se neoforma, es decir se forma de nuevo. Es difícil acceder a esa zona y extraer el hueso, por esta razón es poco utilizado.
¿Cuáles son las indicaciones del hueso autólogo en odontología?
El tratamiento de injerto de hueso autólogo está indicado en aquellos casos de edentulismo total o parcial, es decir en los pacientes donde haya una falta total o parcial de dientes. En aquellos que se tenga que realizar un tratamiento restaurador mediante una prótesis implantosuportada o exista una deficiencia ósea en la zona que se quiera conservar y mejorar la estética del paciente.