Cuando se sufre la pérdida o existe la ausencia de una o varias piezas dentales existen diferentes alternativas para su reposición.
Dentro de la odontología restauradora, se encuentran varias opciones, aunque la más común y la más utilizada es la confección y colocación de un puente fijo. La rama de la odontología, también apuesta por la colocación de implantes.
Estamos ante dos opciones de tratamiento con el mismo objetivo, el remplazo de piezas dentales, aunque cada una aporta una serie de ventajas diferentes.
A la hora de la elección de tratamiento, es importante tener conocimiento e información sobre los beneficios de ambas opciones, aunque será el profesional especialista, quien aconseja y ayuda a decidir la mejor opción.
A continuación, se exponen los beneficios y los inconvenientes de cada una de las opciones de tratamiento.
¿Es mejor un puente fijo o un implante dental?
Primeramente, un puente dental fijo es una composición de coronas dentales unidas entre sí, reponiendo el espacio del o de los dientes ausentes y se soporta en dientes naturales del paciente. En cambio, un implante dental es como un pequeño tornillo de titanio, un material completamente biocompatible, que se fija quirúrgicamente al maxilar superior o inferior (mandíbula), dónde funciona como raíz artificial para soportar cualquier tipo de prótesis (coronas unitarias, puentes o dentaduras completas).
El factor más importante a tener en cuenta en la realización de un puente dental, es que el dentista debe usar los dientes adyacentes sanos para su confección, se deben tallar los dientes para el apoyo de dicho puente, es decir, se desgasta un poco de diente sano. Así pues, el puente es un tratamiento menos conservador que el implante.
Hay una serie de factores importantes de conocer a la hora de escoger la mejor alternativa:
- La salud oral mejora. Cuando se colocan implantes dentales no hace falta modificar los dientes adyacentes naturales, a diferencia del puente, que sí requiere del tallado (desgaste) de mínimamente dos dientes para el soporte y apoyo del puente.
- Duración. El implante dental es una “raíz artificial” que aporta una solución permanente a la falta de una o varias piezas dentales. En cambio, el puente dental depende de dientes vecinos que todavía presentan riesgo de sufrir algún tipo de patología dental, como la caries entre otras.
- La higiene. Los implantes dentales permiten un acceso más cómodo a la higiene entre los dientes y esto permite que la higiene diaria del paciente es más sencilla. Los pacientes portadores de puentes fijos, requieren una mayor insistencia, tiempo y dedicación en la higiene oral.
- Estética. Tanto implante dental como puente fijo, devuelven estética y funcionalidad al paciente, simulando dientes naturales. Si se compara la estética que aporta un puente y un implante, los implantes ofrecen un aspecto más natural.
- Precio. El puente es más económico que un implante en un inicio, pero cuando el paciente es consciente de lo que significa a largo plazo, se da cuenta que un implante puede igualar en coste al puente. El profesional comenta que el puente se debe cambiar al menos dos veces a lo largo de la vida para tenerlo en boca en perfecto estado, a diferencia del implante, que es un tratamiento a mayor largo plazo.
Así pues, después de conocer los inconvenientes, ventajas y los factores condicionantes de cada una de las técnicas, es importante acudir a un buen odontólogo especialista, para que evalúe y aconseje el mejor tratamiento restaurador según cada caso. No obstante, resaltar los grandes beneficios que presenta el implante dental y sus casi nulas desventajas.