Métodos para disminuir la ansiedad en el dentista, alternativas y soluciones

¿Qué es la ansiedad?

La ansiedad es un estado de agitación o inquietud del alma, esto quiere decir que se trata de una perturbación psíquica caracterizada por un estado de extrema inseguridad e inquietud. 

Los principales signos y síntomas de la ansiedad son sudoración, taquicardia, rubor, piloerección, aprensión, miedo, intranquilidad, sobresaltos, temblores, entre otros.

Se habla de ansiedad patológica cuando las respuestas lejos de ser adaptativas se convierten en un problema por su exageración. Así pues, la ansiedad puede ser primaria exógena, si se trata de fobias de la infancia, o primaria endógena por una crisis de angustia.  

El estrés puede ser uno de los desencadenadores de la ansiedad. El estrés aumenta la frecuencia cardiaca y respiratoria, y la liberación de catecolaminas (antes la posibilidad de agresión) que provoca un aumento de presión arterial y un aumento de consumo de oxígeno a nivel muscular. Por lo que disminuye el umbral del dolor.

El estrés y la ansiedad, relacionados con la visita al consultorio dental, pueden desencadenar crisis anginosas en la consulta. Por ello se debe tener preparado/entrenado al personal para estas situaciones. El estrés provoca:

  • Taquicardia
  • Taquipnea
  • Aumento de la presión arterial
  • Aumento de la función muscular
  • Aumento de la secreción de catecolaminas endógenas. 

Ante un esfuerzo, el paciente coronario aumenta sus demandas miocárdicas de oxígeno, igual que el sujeto normal pero, a diferencia éste, pierde la capacidad de incrementar el flujo. 


Las formas de ansiedad relacionadas con la odontología

El dolor tiene un propósito: avisar que el medio ambiente representa en un momento dado un peligro para el propio organismo; de esta forma el individuo reacciona con un mecanismo de defensa que, a la larga si se repite, acaba siendo un reflejo. 

Gracias a esta experiencia repetitiva, y también sobretodo a mecanismos de asociación, la ansiedad protege al organismo anticipándose al peligro, estimulando en primer lugar un estado de alerta o una reacción de evasión que precede la fase de defensa o lucha ya declarad. El ansioso nota más dolor. Además de está disminución del umbral del dolor también ha un aumento a la tolerancia de la medicación. Por eso el odontólogo tiene que saber tratar esa ansiedad. 

Estrategia psicológica del odontólogo

Cuando la interacción odontólogo-paciente es muy buena, podríamos arriesgarnos a decir que sobran todos los otros métodos de control de dolor que no sean puramente la anestesia local. 

Es el odontólogo (no padres ni familiares etc) el que tiene que jugar el papel de “conductor” y proporcionar toda la información necesaria y precisa de lo que va a suceder y quien explique verbalmente lo que ha pasado y porque se ha producido ese dolor. 

La participación del paciente es muy importante, por ejemplo, decirle que levante la mano cuando le duela (pasa a tener el control del dolor), informarle exactamente de cuando durara la intervención, los pasos que seguiremos… Después, el paciente al comprobar que la intervención ha salido tal y como había dicho el odontóloga va adquiriendo confianza. 

Mecanismos de control del estrés 

En en consultorio debe haber una música relajante con una coloración adecuada para proporcionar relajación del paciente y evitar situaciones ansiosas. Además, a más edad hay un elevado porcentaje de pacientes polimedicados por lo que aumenta la probabilidad que aparezcan interacciones medicamentosas

Debe haber un buen control del dolor, pudiendo garantizar una analgesia al paciente.
Todo esto puede aumentar la ansiedad, la ansiedad se transforma en estrés. Por lo que para el control del dolor y para asegurar la no percepción de dolor por parte de los pacientes se debe hacer una buena analgesia. 

Para la analgesia local se usa anestesia con vasoconstrictor. Una inyección lenta con una continua aspiración, evitando realizar cuartos de giro
para que en caso de estar en el interior de un vaso, al realizar la aspiración pueda colapsar este vaso y tener una falsa aspiración negativa, es por ello, que al realizar pequeños giros se podrá asegurar que no se está en el interior de un vaso. 


La dosis total de adrenalina nunca debe exceder de 0,2mg en un adulto sano o de 0,04mg en un paciente cardiópata, es decir un máximo de 4 carpules de anestesia local. 

Métodos y actitudes a tomar para disminuir la ansiedad en el dentista

En las actitudes que se deben tomar por parte del odontólogo se distinguen tres partes:

  • Antes del tratamiento
  • Durante el tratamiento
  • Ansiedad en el dentista

Antes del tratamiento, se debe escuchar detenidamente al paciente al paciente. Buscar todas las posibles causas de la ansiedad en el paciente y así poder combatirlas. Es importante explicar al paciente de una forma clara el plan de tratamiento, atendiéndolo según su nivel intelectual. El ambiente en el consultorio debe ser un ambiente de relajación. Finalmente, los tratamientos deben efectuarse de forma progresiva y teniendo siempre en cuenta en recurrir a ansiolíticos cuando se precise. 

Durante el tratamiento se deben evitar todo tipo de palabras estresantes, como por ejemplo los términos “pinchar”, “aguja”, entre otros. Es de especial interés explicar al paciente qué va a sentir, justificar la normalidad de las percepciones, advertir si va a sentir dolor y darle confianza en todo momento. Por lo que es de ayuda usar palabras de complacencia, como por ejemplo “lo ha hecho muy bien”. 

La ansiedad en el dentista depende de varios factores como por ejemplo: los propios factores emocionales del paciente, la simpatía-antipatía entre el paciente-dentista, la superación de este estado conflictivo y con un cambio de actitud (aunque no se pueda cambiar el sentimiento).

Por lo que el protocolo común a seguir en caso de emergencia sería el siguiente:

  1. Reconocer y diagnosticar la situación de urgencia 
  2. Parar el trabajo que se está realizando
  3. Realizar una retirada de los cuerpos extraños que puedan existir en la boca del paciente
  4. Monitorizar al paciente. Tanto el nivel de consciencia, las frecuencias respiratoria y cardiaca, y la toma de la presión arterial. 

REFERENCIAS

  • Tate AR, Acs G. Dental postoperative pain management in children. Dent Clin North Am. 2002 Oct;46(4):707-17. 
  • Bullón P, Machuca G. Tratamiento odontológico en pacientes especiales. 2a ed. Madrid: Normon; 2004.
  • Malamed SF. Urgencias médicas en la consulta de odontología. Barcelona: Mosby/Doyma Libros; 1994.
  • Malamed SF. Sedation : a guide to patient management. St. Louis (Mo.): Mosby Elsevier, c2010



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