Las glándulas salivales son un conjunto glándulas de tipo exocrino, es decir que desembocan su contenido en la cavidad oral y orofaringe. Sus secreciones de tipo combinado constituyen la saliva.
En la cavidad oral hay 3 pares de glándulas mayores y entre 700 y 1000 glándulas menores. Las glándulas mayores tienen un volumen mayor y son las glándulas parótidas, las glándulas submaxilares y las glándulas sublinguales. Algunas de las glándulas menores se localizan en la zona labial, llamándose glándulas labiales, en la mucosa yugal, en el paladar o en la superficie lingual.
La saliva es una sustancia secretada por las glándulas salivales la cual está formada de agua (en su 99%), iones (como el sodio y el potasio), moco y varias enzimas (como las lisozima). Es sabido que en un día se produce aproximadamente entre un litro y un litro y medio de saliva. La secreción de esta está regulada por varios factores, siendo estos factores físicos, químicos y nerviosos.
El ptialismo o sialorrea es la hipersecreción salivar de las glándulas salivales, es decir en esta alteración glandular hay una secreción mayor a la habitual de saliva.
Esta hipersalivación suele tener una sintomatología característica ya que hay un incremento de la cantidad de saliva habitual, por lo que existen signos de babeo, que pueden ir acompañados de dificultad para deglutir dicha saliva o mantener la boca cerrada.
¿Por qué aparece el ptialismo?
La etiología o causa del ptialismo no solo es una sino que son diversas.
Se sabe que el ptialismo es producido en su mayor parte por determinados fármacos, sobretodo los medicamentos parasimpaticomiméticos u otros que contengan sustancias como el yodo o la histamina. Entre los cuales se destacan la atropina, la amtriptilina y el glicopirolato. Dichos fármacos aumentan la tasa de producción salival, ya que pueden realizar la inhibición de la acetilcolinesterasa o por ejecutar su acción de forma directa sobre los receptores de acetilcolina, inhibiendo la producción y liberación de saliva.
Existen patologías sistémicas que pueden influir a producir una cantidad de saliva por encima de lo normal. La mayoría de estas enfermedades son patologías neurológicas de tipo crónico, como podrían ser el Parkinson o la ELA (esclerosis lateral amiotrofica.
Hay más situaciones clínicas las cuales son favorecedoras de una hiperproducción de saliva. Algunas de estas son las patologías inflamatorias de la zona bucofaríngea, el edentulismo parcial (la falta de ciertos órganos dentales), una prótesis dental mal ajustada o situaciones como el estrés o el hábito tabáquico.
Cómo se trata el ptialismo
Para poder realizar una terapia adecuada del ptialismo es de gran importancia realizar una historia clínica completa. Se tiene que hacer una énfasis especial en la anamnesis, preguntando y sobre los fármacos que se suelen tomar, si existe alguna patología base y los hábitos que el paciente realiza.
Además, realizar un examen clínico completo con pruebas complementarias, en caso de ser necesarias, ayudar a tener un diagnóstico de certeza y, de esta forma, poder tratar con éxito al paciente con ptialismo.
A veces, para un adecuado tratamiento del ptialismo son necesarias intervenciones de tipo quirúrgico. Las cirugías más utilizadas para tratar esta hipersecreción salival son la ligadura de los conductos excretores salivales o la extirpación parcial o total de algunas de las glándulas salivales mayores.
Artículos científicos recientes, demuestran que el uso de la toxina llamada toxina botulínica puede disminuir la producción de saliva.