En la cavidad bucodental hay muchas alteraciones que deben ser diagnosticadas y tratadas como tal. Estas anomalías pueden afectar tanto a tejidos duros, como a tejidos blandos.
Las anomalías durante el desarrollo que pueden afectar a diferentes tipos de tejidos específicos dentales dan lugar a alteraciones en su estructura, siendo estas denominadas de forma genérica como displasias. Suelen ir acompañadas de otras alteraciones o anomalías, como las de tamaño, forma o color del diente.
Las displasias pueden ser clasificadas como: displasias genéticas o primaria, displasias ambientales o secundarias (siendo estas de causa fisiológica, infecciosa, hipersensibilidad, traumáticas, iatrogénicas) y las displasias (asociadas a síndromes de tipo generales).
Una de las alteraciones de los tejidos duros que tiene una gran importancia a nivel dental, es la amelogénesis imperfecta.
¿En qué consiste este tipo de amelogénesis?
La amelogénesis imperfecta es una alteración de los dientes que afecta únicamente al esmalte y puede aparecer tanto en dentición temporal como en la definitiva.
Esta alteración, clínicamente, se puede manifestar de una forma clínica u otra, dependiendo de la fase de la amelogénesis en la cual ha actuado el gen que está alterado. Es importante destacar que pueden coexistir distintas formas clínicas en un mismo paciente. Así pues, la amelogénesis imperfecta puede ser clasificada en cuatro tipos distintos.
El tipo I o hipoplástico es un defecto de tipo cuantitativo el cual es producido en las fases iniciales de la amelogénesis. En este momento las células del órgano del esmalte no son diferenciadas en ameloblastos. En este primer tipo, es el más grave ya que el esmalte tiene poco grosor. Dando lugar a una superficie dental rugosa, con depresiones lineales en forma de bandas o más bien punteada con depresiones. El color habitual del esmalte hipoplástico es marrón.
El segundo tipo o también llamado hipomaduro se trata de un defecto en la fase final de la formación del esmalte, en la maduración, apareciendo una calcificación incompleta. El esmalte tiene también una consistencia alterada, con alteraciones de color, siendo el esmalte de un color amarillo-pardo. El esmalte habitualmente presenta una superficie lisa aunque puede mostrar aspecto moteado o estriación vertical en bandas. Radiológicamente, se muestra una disminución de contraste entre esmalte y dentina.
El tipo número tres o hipocalcificado es un defecto de tipo cualitativo. La alteración es localizada principalmente en la fase de calcificación de la matriz orgánica. En este tipo de amelogénesis, hay una cantidad normal de esmalte, pero con un grado de mineralización reducido. El esmalte es normal en su espesor pero presenta un color amarillo-pardo, de consistencia blanda y frágil. De modo que hay una rápida pérdida de esmalte, quedando la dentina expuesta. Mediante el examen radiológico, el esmalte se observa menos radioopaco, pero más radiolúcido que la dentina.
Finalmente, el último tipo, o también llamado de hipomaduro-hipoplásico es el tipo de amelogénesis que se presenta junto con taurodontismo. El esmalte es hipoplasico y hipomaduro. En este tipo, es de gran importancia hacer un diagnostico diferencial con la fluorosis dental.
A modo de conclusión, es importante destacar que la textura alterada del esmalte favorece a una retención de placa bacteriana y también a la formación de tártaro. Sin embargo, los dientes con amelogénesis imperfecta no son más susceptibles a la caries que el resto de dientes sin alteraciones.