La dilaceración dental, proviene de la palabra latina dilacerare, es una anomalía de forma del dente que consiste en una curvatura o angulación excesiva de las raíces respecto a la corona (es una unión corona-raíz).
La dilaceración de la raíz apical puede afectar aproximadamente del 1 al 4,9% de todos los dientes permanentes, con una frecuencia más alta en pacientes femeninos. Siendo los los incisivos centrales superiores permanentes los más afectadas (70,6%) seguido de los incisivos laterales superiores (20,6%) y los incisivos inferiores (8,8%).
Es de gran importancia saber diferenciar entre la dilaceración y la angulación. La dilaceración se origina por un desplazamiento axial del tejido dental duro ya formado en relación con el tejido blando en desarrollo, que el tejido dental duro cambia de posición. De esta forma se forma una curvatura brusca muy marcada en la corona o en la raíz sin que se altere el proceso de calcificación normal. En cambio, la angulación suele producirse por una alteración del tejido adyacente al diente en desarrollo que causa una desviación gradual y suave en la longitud axial del diente.
Por lo que la dilaceración dental puede entenderse como una angulación severa. Este tipo de anomalía de forma del diente puede ocurrir en cualquier lugar del diente, en toda su longitud.
Si bien la curvatura en dirección distal es una característica general de todos los dientes, sólo se hablará de dilaceración cuando ésta sea excesiva. Es más frecuente en cordales inferiores, con curvatura en dirección distal, distorsionados por la falta de espacio para desarrollarse.
¿Cuáles son las causas de la dilaceración dental?
Una de las etiologías principales de la dilaceración dental es el trauma, sobre todo en edades infantiles.
La alteración de la odontogénesis por algunos trauamatismos alveolodentarios puede dar la dilaceración dental, entre otros procesos patológicos o anomalías dentales y maxilares. Se debe a un trastorno durante la fase de morfodiferenciación, desencadenado por noxas traumáticas o por obstáculos mecánicos, que interfieren en el crecimiento de la vaina epitelial de Hertwig, dando lugar a un movimiento de la corona respecto al resto del diente.
Existen otros procesos que pueden dar como secuela a alteraciones de la forma y estructura de los dientes permanentes, estos procesos son las infecciones crónicas de loas dientes deciduos, como las caries, fracturas y técnicas quirúrgicas orales.
La dilaceración dental también puede producirse a causa de la persistencia de un diente temporal que hace que el diente permanente no pueda realizar su erupción normal. Además de poderse producir también por fracturas en dientes con un cierre apical incompleto.
¿Qué tratamiento debe efectuarse ante una dilaceración dental?
El diagnóstico de dilaceración dental tiene lugar, por lo general, mediante un examen radiográfico. Este es esencial para observar la etapa de formación de la raíz y el grado de dilaceración, siendo importante determinar la morfología y la posición espacial del diente en el hueso.
Dependiendo del grado de angulación de la raíz, el tratamiento y el pronóstico de los dientes con dilaceración dental varían. En los casos leves, no es necesario el tratamiento, sin embargo, hay casos en los que el diente debe exponerse quirúrgicamente y moverse ortodónticamente. y en los casos más graves, debido a la imposibilidad del tratamiento, está indicada la extirpación quirúrgica seguida de la rehabilitación protésica.
El tratamiento más dificultoso a realizar en los dientes con dilaceración dental es la biopulpectomía o endodoncia. El proceso de tratamiento endodóntico en todas sus etapas, incluido el diagnóstico, la preparación de la cavidad de acceso, la limpieza y la conformación y la obturación, puede ser difícil en estos casos. Por lo tanto, su diagnóstico y conocimiento de su prevalencia son importantes para el tratamiento de endodoncia y cualquier observación puede causar un mayor índice de fracaso del tratamiento endodóntico en estos dientes. En estos casos deben seguirse estrictamente las técnicas endodónticas básicas aceptadas.