Las causas de lesión pulpar pueden ser varias, como las caries, los traumatismos o las técnicas operatorias iatrogénicas.
En los objetivos de la terapia pulpar en un diente primario se destaca:
- Aumentar el tiempo de permanencia de estos dientes sin patología
- Preservar el espacio del arco dentario.
- Evitar alteraciones en la dentición.
- Prevenir la aparición de hábitos linguales u otras parafunciones (o intentar reducirlos).
- Evitar problemas de fonación.
- No perjudicar la estética.
- Evitar efectos psicológicos debido a pérdida de dientes.
Es de gran importancia hacer un bien diagnóstico pulpar antes de realizar cualquier tratamiento. Siempre hay que seguir la historia clínica, el examen clínico y el examen radiológico.
La terapia pulpar en odontopediatría
En odontopediatría, existen cuatro tipos principales de terapia pulpar: el recubrimiento pulpar indirecto, el recubrimiento pulpar directo, la pulpotomía y la pulpectomía.
El recubrimiento pulpar indirecto se realiza en dientes con caries profundas próximas a la pulpa pero sin síntomas de afectación pulpar. Si se puede eliminar la dentina infectada, la dentina afectada puede remineralizarse, colocando un material biocompatible sobre ella, con el objetivo de mantener la vitalidad pulpar, estimular la formación de dentina terciaria y remineralizar la dentina careada (frena la progresión de la caries). Los materiales que son usados son hidróxido de calcio, ionómero de vidrio, y hay controversia acerca del óxido de zinc-eugenol.
El recubrimiento pulpar directo es un tratamiento que consiste en la aplicación de hidróxido de calcio sobre la pulpa expuesta para favorecer la formación de un puente dentinario. Para su realización es imprescindible que el diente esté asintomática, cuando existe una exposición pulpar menor a 1 milímetro y que no haya contaminación de fluidos orales.
La pulpotomía se realiza en lesiones que alcanzan la pulpa cameral existiendo vitalidad de la pulpa radicular (pulpa radicular intacta). Algunas de sus indicaciones principales son las siguientes:
- Dolor no espontáneo ni persistente.
- Sin existencia de pulpitis radicular.
- No hay dolor a la percusión.
- Ausencia de absceso ni fístula.
- No existe reabsorción interna ni calcificaciones pulpares.
- El sangrado no es excesivo.
- El diente es restaurable y por lo menos existen dos tercios de la raíz (el diente está apunto de exfoliarse).
La pulpectomía, biopulpectomía total o tratamiento de conductos es la técnica indicada cuando hay cambios degenerativos pulpares en los tejidos radiculares. Es el tratamiento más complejo existente para conservar un diente primario. El pronóstico depende del grado de degeneración del tejido dental (cuanta más degeneración, peor pronóstico). Sus principales indicaciones son si:
- La pulpa radicular está inflamada (pulpitis irreversible) o necrótica.
- Existe dolor espontáneo o persistente.
- El diente puede ser restaurable.
- La hemorragia no es controlable por presión y esta es de color rojo oscuro.
- Existe movilidad (no fisiológica por reabsorción).
- Hay una pérdida ósea de tipo moderado.
- Presencia de absceso o fístula.