La higiene bucodental debe incluye un buen cepillado dental y también interdental. Es decir, utilizar un cepillo dental y un cepillo interproximal (o hilo dental). De este modo se realiza una limpieza a profundidad de toda la boca y se efectúa una prevención ante las posibles patologías dentales.
Lo más importante de lavarse los dientes no es la pasta dental, sino el cepillo: la realización de una buena técnica mecánica de cepillado. Por lo que el cepillo dental es una herramienta básica e imprescindible en la higiene bucodental.
Los cepillos dentales tienen 3 principales partes:
- El cabezal, que puede variar según su tamaño.
- Las cerdas (del cabezal), varían en función del grosor.
- El mango, por donde se agarra este.
¿Qué tipos de cepillos dentales existen?
Cada vez son más los modelos de cepillos dentales que aparecen en el mercado. A la hora de elegir la mejor la mejor opción para cepillarse los dientes, existe un amplia gama de ellos.
- Los cepillos manuales son aquellos en los cuales se realiza una limpieza de los dientes de forma manual, es decir con el propio movimiento de la mano. Con este tipo se aprende y se consigue destreza en realizar un buen cepillado dental.
- Los cepillos eléctricos, realizan una rotación del cabezal por si solos, gracias a la batería que disponen. Estos presentan de un sensor de presión, con lo cual la fuerza que se efectúa se controla de una mejor manera.
- Los cepillos infantiles tienen un cabezal pequeño y sus fibras son suaves.
- Los cepillos ortodónticos son diseñados para los paciente que llevan ortodoncia fija convencional, es decir los brackets. La hilera central es de un amaño más corto para que, de este modo, se pueda realizar una limpieza más eficaz.
- Destacar a los cepillos interproximales. Estos están diseñados para limpiar las superficies entre los dientes. Disponen de una gama de tamaños con lo que se debe elegir un cepillo interproximal adecuado para cada espacio interdental.
Otra clasificación que se puede hacer con los cepillos dentales es según sus cerdas:
- Cerdas suaves. Estas son las más recomendables después de una cirugía ya que al presentar una grosor menor de las cerdas, son menos agresivas con las encías.
- Cerdas medias. Estás son las más habituales y las que se suelen recomendar en caso de presentar una boca con ausencia de patología oral. Su grosor es ideal para limpiar bien la superficie dental y gingival y no causa ningún daño.
- Cerdas duras. Estas últimas son las que se contraindican en cualquier caso. Por su dureza, pueden afectar y dañar el esmalte dental.
Finalmente, según el cabezal disponemos de:
- Cabezal pequeño. Con estos cabezales se llega mejor a las zonas inaccesibles.
- Cabezal medio-grande. Se tratan de cabezales grandes que a simple vista pueden facilitar la higiene bucodental pero a causa de su tamaño no se limpian bien la mayoría de superficies.
¿Qué cepillo dental es el más efectivo?
Un buen cepillo es aquel en que se pueda realizar una buena técnica de higiene bucodental. Se recomienda elegir un cepillo eléctrico ya que por su rotación y por su velocidad, realiza una limpieza de la placa bacteriana más eficaz en comparación al cepillo manual.