Cuando un diente sufre un lesión por un traumatismo, el diente puede desplazarse de su posición natural, separarse o perder la continuidad entre sus tejidos de alrededor, puede luxarse.
Así pues, la luxación dental es la separación o pérdida de continuidad entre el diente y los tejidos de alrededor, con o sin desplazamiento del diente.
Las causas más frecuentes de luxaciones en la dentición permanente son los accidentes, las caídas, los deportes y las peleas. Estas representan un 15-61% de todos los traumatismos de los dientes definitivos, afectando con mayor frecuencia a los incisivos centrales superiores.
Habitualmente, en los traumatismos dentales se luxan más de un diente y a menudo presentan una fractura de la corona o de la raíz.
¿Cuáles son los distintos tipos de luxación dental?
La principal característica clínica de la luxación es el dolor a la percusión. Para poder diagnosticar adecuadamente el tipo de lesión se deben conocer sus tipos.
La luxación dental se puede clasificar en varios tipos: concusión, subluxación, luxación lateral, intrusión y extrusión.
La concusión es la lesión de las estructuras de soporte del diente, el diente se encuentra en su posición normal y no presenta movilidad. El diente tiene una vitalidad positiva y puede hacer una sensibilidad a la percusión. Radiográficamente, se observa el ligamento periodontal sin alteraciones.
La subluxación es una lesión de leas estructuras de soporte del diente, con cierta movilidad pero no hay desplazamiento. Puede observarse una hemorragia en el surco y algo de sensibilidad a la percusión. La vitalidad del diente suele ser positiva. El ligamento periodontal suele verse ligeramente ensanchado.
La luxación lateral es el desplazamiento lateral del diente (hacia vestibular o lingual/palatino), sin movilidad pero con una alteración de la oclusión. La vitalidad suele ser negativa, el sonido a la percusión es tipo metálico y suele presentar dolor. Radiográficamente se observa un aumento del espacio periodontal.
La intrusión o luxación intrusiva es el desplazamiento del diente en dirección apical, quedando el diente dentro del alveolo. Por lo que el diente tiene un aspecto de no haber erupcionado del todo. El diente no presenta movilidad y la vitalidad suele ser negativa. En la percusión el sonido es metálico y suele haber ausencia de dolor.
La extrusión o luxación extrusiva es el desplazamiento del diente en dirección incisal. Por lo que el diente sobresale del alveolar y hay un aumento de la corona clínica. La vitalidad del diente puede ser tanto negativa como positiva. Durante la percusión el sonido suele ser apagado y el dolor es negativo. Radiológicamente se observa un aumento del espacio periodontal.
¿Qué hacer ante la luxación de un diente?
Ante una luxación dental se debe realizar una exploración clínica y radiológica de la zona. La radiografía es importante para valorar el grado de desplazamiento y determinar si existe una fractura en la zona radicular.
Radiológicamente se realizan cuatro proyecciones del diente luxado: radiografía oclusal, periapical, una periapical hacia mesial y otra hacia distal.
El tratamiento de las luxaciones siempre se caracteriza por los tres principios siguientes: recolocación del diente luxado, la inmovilización de este y un control posterior.
La recolocación del diente se realiza según el tipo de luxación, sobre todo en las extrusiones. Después de colocar al sitio el diente luxado y antes de ferulizarlo, se hace un radiografía para controlar la posición que sea correcta y, además, se evalúa la oclusión.
La ferulización se realiza mediante para inmovilizar a los dientes traumatizados en caso de movilidad. Para estabilizar el diente se puede utilizar la estabilización al diente, mediante un alambre y composite, o a la encía mediante suturas de fijación o férulas termoplásticas.