El blanqueamiento dental es un tipo de tratamiento estético dental gracias al que se mejora la sonrisa, ya que se reduce la tonalidad de los dientes consiguiendo una coloración dental más blanca con la que se observa una sonrisa más bonita y natural.
Cuando se habla de blanqueamiento se refiere a las diferentes técnicas o sistema que existen y que están encaminados a tratar las tinciones intrínsecas de los dientes, no las extrínsecas. Su principal objetivo no es obtener un color blanco, sino un diente más claro, por lo que el efecto que se consigue con el blanqueamiento sobre el diente es el aclaramiento de este.
Para poder aclarar el diente existen diferentes técnicas que consisten en la aplicación, sobre la superficie del diente o en el interior de la cámara pulpar, de varios productos que junto con la aplicación de calor o de luz se mejora la eficacia del agente blanqueante.
Todos estas sustancia químicas que son colocadas encima del diente se tratan de agentes oxidantes, es decir unos productos cuyo mecanismo funciona con la reacción de reducción-oxidación (reacción redox). La reacción redox tiene dos componentes, uno que reduce ya que cede los electrones y el otro que se oxida porque recibe electrones.
La sustancia que se utiliza mas en la odontología es el peróxido de hidrógeno. Este componente es muy inestable por lo que tiende a separar una partícula de oxígeno de su composición para así obtener agua, que si es estable, y oxígeno que queda libre en el medio. Este oxígeno libre se une a las moléculas responsables de la coloración del diente, haciendo que las moléculas grandes que oscurecen el diente se dividan en más pequeñas, aclarando el diente, y también se vuelven más solubles, de modo que tienen más facilidad para ser eliminadas.
Los tipos de agentes blanqueadores
Los agentes blanqueadores pueden ser clasificados según su acción. Se dividen en tres grandes tipos: los oxidantes, los erosivos y los abrasivos.
Los agentes blanqueadores oxidantes son los que se utilizan más. Estos son el peróxido de hidrógeno, que es el agente blanqueante principal. Es un líquido transparente, inodoro, incoloro, un poco amargo y cáustico. El peróxido de carbamida contiene urea la cual estabiliza el peróxido y alarga el efecto blanqueador. Finalmente, el perborato sódico el cual es utilizado sobretodo en dientes desvitalizados.
Los productos erosivos se trata de ácidos que erosionan el esmalte, como por ejemplo el ácido nítrico o el clorhídrico. Con estos agentes blanqueadores hay que tener un cierto cuidado porque una ingesta excesiva puede provocar problemas.
Finalmente, los agentes abrasivos tienen menos efecto blanqueador que los anteriores mencionados. Dentro de este tipo se destaca al bicarbonato sódico el cual tiene un mecanismo de acción mediante el desgaste superficial del esmalte, consiguiendo eliminar así las tinciones más extrínsecas.
Existen diferentes sistemas de activación la funciones de los cuales es acelerar y aumentar el efecto del blanqueamiento. Estos sistemas pueden ser químicos o lumínicos. Los sistemas químicos se utilizan en casi todos los agentes blanqueadores, acelerando el proceso. Los sistemas lumínicos fotoactiva al agente blanqueador mediante la luz, que puede ser fluorescente, halógena, láser, entre otros tipos.
Los pasos del blanqueamiento dental
Para poder iniciar el blanqueamiento dental se debe tener unas consideraciones previas básicas con las que realizar un buen tratamiento.
Es importante que primero se haga una anamnesis detallada en la que se destaque el motivo de consulta y se haga énfasis sobre este. Se debe preguntar para el problema principal por el cual el paciente acude a la clínica dental, por el tiempo que hace que se nota el problema, entre otras preguntas para averiguar el motivo principal de consulta. También se debe interrogar sobre todo lo relacionado con los médico, las enfermedades sistémicas (ya que algunas enfermedades producen tinciones en los dientes), si se ha realizado tratamiento antibiótico con tetraciclinas, si existe patología de fluorosis, la presencia de sensibilidad dental y preguntar también sobre los antecedentes de traumatismos. Se debe también hacer énfasis en los hábitos higiénicos y el consumo de sustancias, como el tabaco y el alcohol, así como preguntar sobre la ingesta de alimentos ácidos o bebidas carbonatadas.
A continuación se pasa a realizar una exploración intraoral del paciente en la cual se observa detalladamente de la existencia de caries activas, problemas periodontales, patología en la articulación temporomandibular, valorar la sonrisa y la harmonía general de la boca, como el tamaño, forma, disposición de los dientes, etcétera. En ocasiones se realizan exploraciones complementarias como podrían ser las radiografías o las pruebas de vitalidad dental.
También es muy importante obtener registros. Los modelos e impresiones dentales son importantes si se debe realizar una férula. Se debe hacer un registro de la colorimetría para precisar el color antes del tratamiento. Finalmente, es de importancia tener un registro fotográfico.
Antes de poder establecer un plan de tratamiento es fundamental obtener un diagnóstico y un pronóstico. Obtener la causa de la coloración existente y también intentar averiguar la expectativa del paciente, así como valorar y explicar lo que se espera conseguir con el tratamiento. Para poder iniciar con el tratamiento se debe firmar un consentimiento informado donde se explican detalladamente todos los procesos del tratamiento.
El blanqueamiento en la clínica dental se basa en el aislamiento de los labios y las mucosas con unos separadores y geles especiales para que los tejidos de alrededor de los dientes estén correctamente protegidos del producto. Después se procede a la aplicación del gel blanqueador sobre las superficies externas de los dientes y la aplicación de una luz LED para mejorar el efecto final.
Los consejos del blanqueamiento dental
Una vez finalizado el blanqueamiento se enseña el paciente unas normas higiénico-dietéticas para que el resultado sea el esperado.
Se deben utilizar cepillos con cerdas duras para que la pequeña abrasión en el esmalte tienen efecto blanqueante. No obstante, hay que dejarle claro al paciente que estas cerdas son temporales y que habrá que cambiar el cepillo por uno de cerdas de dureza intermedia en unos meses, ya que la abrasión continua puede provocar defectos en el esmalte. Se recomienda utilizar plastas blanqueadores y realizar enjuagues con colutorios blanqueadores para potenciar el efecto.
Es imprescindible no comer alimentos que produzcan tinciones, como el vino, la remolacha, el café o el te, al menos durante el primer mes. Es fundamental no fumar sobretodo las dos semanas siguientes al tratamiento. De echo, es posible que efecto se pierda si el paciente fuma.
Una vez dadas todas las recomendaciones y consejos, se establecen una serie de revisiones periódicas para poder llevar un control de la evolución y del efecto que se ha ido obteniendo con el blanqueamiento dental.
REFERENCIAS
- Amengual-Lorenzo J. Atlas terapéutico de blanqueamiento dental. Barcelona: Ediciones especializadas europeas, 2010.
- Goldstein RE. Odontología estética. Barcelona: Ars Medica; 2002.
- Greenwall L. Técnicas de blanqueamiento en odontología restauradora. Barcelona: Ars Medica; 2002.