La prevención bucodental es la clave ante cualquier patología. Por este motivo, realizar un buen cepillado dental e interdental ayudará a prevenir muchas de las enfermedades bucodentales.
La higiene bucodental incluye un buen cepillado dental e interdental. Es decir, usar el cepillo dental y el hilo dental o los cepillos interproximales. De este modo se realiza una limpieza a profundidad de toda la boca.
Lo más importante de lavarse los dientes no es la pasta dental, sino el cepillo: la realización de una buena técnica mecánica de cepillado.
En el mercado, a la hora de elegir la mejor opción para cepillar los dientes, hay una amplia gama de cepillos dentales. Todos ellos se pueden clasificar en dos grupos principales: los cepillos manuales y los cepillos eléctricos.
Los cepillos manuales son suelen presentar unos cabezales de un tamaño medio y el mango es ergonómico. Estos son eficaces para entrenarse a realizar una buena técnica de cepillado. Con este tipo de cepillo dental se nota a la perfección la fuerza que se aplica sobre el diente, los movimientos que se hacen y la inclinación. De esta forma, se aprende y se consigue destreza en realizar un buen cepillado dental.
Los cepillos eléctricos, por contrario, presentan cabezales más pequeños siendo más accesibles en las zonas posteriores pero el mango es más ancho (por la batería). Disponen de un sensor de presión, que normalmente es una señal lumínica, pudiendo controlar de esta forma la fuerza que se efectúa. También incluyen temporizadores para ayudar a controlar el tiempo de cepillado (en cada cuadrante de la boca). Estos realizan los movimientos oscilantes rotacionales o sónicos por si solos, facilitando su uso.
¿Qué cepillo debo elegir?
Un buen cepillo es aquel en que se pueda realizar una buena técnica de higiene bucodental, se recomienda la técnica de Bass modificada.
Los cepillos manuales requieren que el paciente realice la acción de limpieza moviendo el cepillo. En cambio, los eléctricos proporcionan la acción de limpieza, por la rotación de su cabezal, haciendo que la persona que lo use no tenga la necesidad de hacer movimientos.
Se recomienda elegir un cepillo eléctrico ya que por su rotación y por su velocidad, realiza una limpieza de la placa bacteriana (o biofilm) más eficaz. El de cepillo eléctrico más eficaz, según la evidencia científica, es aquel que tiene una mecanismo oscilante rotacional. Este tipo de tecnología hace que el cabezal del cepillo gire y además oscile sobre el diente, adoptando diferentes ángulos para poder alcanzar la zona del surco gingival (pequeña zona entre la encía y el diente) y eliminar de forma eficaz la placa dental.
Es muy importante que las cerdas de los cepillos, tanto manuales como eléctricos, sean de una dureza media para no lastimar las encías y que lleguen bien en zonas de acceso difícil. Además, los cepillos o cabezales deben cambiarse cada 2 o 3 meses. Realizando siempre la técnica de cepillado, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), durante al menos 2 veces al día y un mínimo de 2 minutos cada vez junto a una pasta fluorada.