Tanto la Asociación Española de ortodoncia como la Asociación Americana y Europea hacen la recomendación de realizar la primera visita con el especialista de ortodoncia antes que el paciente cumpla los 7 años de edad, es una edad temprana pero muy importante para valorar el recambio de los dientes, aunque también existe la probabilidad de que el paciente no requiera tratamiento ortodóntico, ni ortopédico pero es la edad idónea para prevenir futuras maloclusiones y alteraciones que podrán ser esqueléticas o dentales pero ambas tienen como consecuencia, la interferencia del crecimiento del infante.
Hay que tener en cuenta que alrededor de los 6 años de edad erupcionan los molares permanentes, piezas fundamentales que intervienen de modo decisivo en la futura mordida (oclusión) del niño.
En caso de que no se detecten a tiempo las alteraciones que son decisivas para un correcto desarrollo de los maxilares y un óptimo crecimiento, se producirán problemas de tipo esquelético como entre otros, los más destacables: desalineamiento de los dientes, asimetrías faciales que a su vez ocasionarán dolor muscular y articular.
Por el contrario si la detección de estas alteraciones se hace de modo precoz se puede frenar mediante tratamientos ortopédicos o de ortodoncia que siempre ofrecen un pronóstico favorable puesto que se trata de aparatos que en poco tiempo pueden solucionar un problema que podría ser severo. Cuando el paciente infante se convierta en adulto puede que sea necesario un tipo de tratamiento de ortodoncia mucho más largo, complejo y de mayor coste como puede ser el requerimiento de una cirugía, extracciones de piezas dentales a fin de solucionar las alteraciones no tratadas de niño.
Y es que según comenta la Asociación Americana de ortodoncia los beneficios son múltiples si se inicia el tratamiento de ortodoncia a una edad temprana:
- se dará un crecimiento óptimo del desarrollo y crecimiento del maxilar inferior (la mandíbula).
- es el momento ideal para la corrección de hábitos como la succión digital o deglución atípica.
- se puede crear espacio de modo rápido y fácil para aquellos dientes que todavía deben erupcionar.
- simplifica y puede evitar etapas más largas de ortodoncia fija.
- puede llegar a eliminar problemática relacionada con la respiración o la fonación.
- se corrige la compresión del maxilar superior, expandiéndolo creando una correcta relación entre maxilar y mandíbula.
- se reduce de modo considerable el padecer traumatismo en las piezas anteriores por el tipo de mordida alterada.
El plan de tratamiento ortodóntico cuando se hace de forma precoz evita desencadenantes graves, además está altamente justificado por la localización de índole funcional que pueden llegar a convertirse en la causa del desarrollo de alteraciones o displasias en el infante cuando se encuentra en pelo crecimiento.
El tratamiento de ortodoncia varía según la edad del paciente y el tipo de alteración que presente. Lo más frecuente es que cuando el tratamiento se realiza precozmente este dure alrededor de 12 a 18 meses, se les denomina tratamientos de primera fase en el caso de que el paciente precise una segunda fase que lo valorará el especialista (el ortodoncista) en las visitas control que se deben realizar después de la primera fase.
En cuanto al tipo de aparatología para los tratamientos ortodónticos en niños se clasifican en dos grandes grupos:
- Aparatología removible: son aparatos que se pueden extraer cada día, confeccionados por lo general en resina acrílica,indicados para la corrección de determinadas alteraciones y los resultados son proporcionales al uso que se haga de ellos.
- Aparatología fija: los de uso más frecuente, son los brackets que van cementados en los dientes aunque existen diferentes tipos de aparatos fijos que ayudan a linear dientes y corregir el crecimiento óseo.