El hábito es una acción que se hace de forma incontrolada y automática, involuntaria, repetitiva y permanente en el tiempo, que puede producir una modificación de los dientes y de la forma y relación entre los maxilares, alterando el crecimiento y la función de la musculatura orofacial.
Todas las funciones que se realizan en la cavidad oral durante el período infantil (respiración, succión, deglución, masticación y fonación) estimulan el crecimiento y desarrollo de los maxilares. Todo lo que altere esta función puede deformar el hueso alveolar y alterar la posición de los dientes y, a largo plazo, las bases óseas. El grado de alteraciones que se produzcan dependerá de la duración, la intensidad y de la frecuencia del hábito, así como las características morfogenéticas del paciente.
Se pueden considerar hábitos parafuncionales a la succión anormal, la succión digital, la succión de los labios y a los hábitos de proyección (protracción lingual, propulsión mandibular y otros hábitos como la onicofagia).
La succión anormal o amamantamiento artificial una gran cantidad de estímulos que actúan sobre la boca y las articulaciones quedan anuladas y no se producen las respuestas necesarias para un correcto desarrollo, creando alteraciones dentoesqueléticas y musculares. Con el uso del biberón, se desarrolla una postura lingual y mandibular menos protrusiva que produce una carencia del desarrollo anteroposterior de la mandíbula. Esto hace que aumente la posibilidad de que se instaure el hábito de respiración oral.
La succión digital se realiza con la interposición del dedo pulgar en la parte anterior de la boca, lo cual puede ocasionar una mordida abierta anterior que puede ser reversible si se trata el hábito de forma precoz.
La succión de los labios o interposición labial inferior suele acompañas a los pacientes que son respiradores bucales, porque el labio inferior queda interpuesto entre los dientes incisivos. Esta interposición repetida puede ocasiones una protrusión de los incisivos superiores, la lingualización de los incisivos inferiores, un resalte o incluso mordida abierta.
La protracción lingual o interposición de la lengua entre las arcadas dentarias, puede dar como resultado a protrusión de ambos grupos de incisivos o mordida abierta abierta (anterior o lateral, dependiendo de donde ejerce la presión la lengua).
La propulsión mandibular es el movimiento de avance de la mandíbula cuya causa suele ser la molestia que se produce por las amígdalas linguales hipertróficas y sensibles. Este movimiento produce un estímulo de crecimiento mandibular con tendencia a clase III y abrasión del sector anterior.
Existen otros hábitos parafuncionales como los hábitos posturales en los que se realizan apoyos de forma continua y pueden favorecer a compresión en las zonas de crecimiento. La onicofagia (morderse las uñas), morder lápices o algún objeto en la boca de forma repetitiva pueden generar o favorecer algún tipo de maloclusión.
Algunos hábitos parafuncionales pueden generar o favorecer que se instauren disfunciones como son la respiración oral o la deglución atípica.