Los surcos, las fosas y las fisuras de los dientes son espacios pequeños que proporcionan un sitio ideal para la colonización bacteriana y una futura provocación de la caries dental. Además, el tamaño de estos espacio es muy pequeño por lo que las cerdas del cepillo dental no llegan nunca a su fondo y no pueden limpiarse. Por esta razón, los selladores dentales están indicados para colocarse en los surcos, las fosas y fisuras de los dientes.
Los selladores dentales son materiales que se colocan en las fosas y fisuras de los dientes susceptibles a desarrollar caries dental. Estos selladores actúan como un método de barrera física por la unión micromecánica al diente, la cual evita el acceso de las bacterias cariogénicas y de su fuente de nutrientes, como los azúcares.
¿Qué tipos de selladores dentales existen?
Los selladores dentales que existen en la actualidad odontológica se pueden clasificar de las siguientes formas.
Según la composición de los selladores, estos pueden estar formados de resinas compuestas, como los composites o resina BIS-GMA, o de ionómeros, como el ionómero de vidrio.
Según el tipo de polimerización, los selladores pueden ser autocurables (que se polimerizan por ellos mismos) o fotocurables (que necesitan luz para polimerizarse). Los selladores autocurables se pueden manipular durante más tiempo, la fuerza de compresión es mayor y la superficie final es más lisa. En cambio, los selladores autocurados tiene un tiempo de manipulación menor.
Los selladores pueden contener o no flúor y pueden ser de color blanco, transparente o que cambien de color una vez aplicados. Los selladores que liberan flúor son antibacterianos, incrementan la resistencia del esmalte, son anticariogénicos y mejoran la fijación al esmalte.
¿Cuáles son las funciones de los selladores dentales?
La principal función de los selladores dentales es de proteger el diente y la superficie oclusal de él frente las bacterias que contribuyen al desarrollo de la caries.
Los selladores dentales no se pueden aplicar si existe una lesión cariosa en la superficie oclusal o en cualquier otra superficie del diente, ni si el comportamiento del paciente no permite aplicar técnicas para tener el campo operatorio seco. Estos son indicados en fosas profundas y sanas y en paciente con un alto riesgo de caries.
Los selladores dentales se pueden utilizan entre los 3 y los 4 años para realizar el sellado de los dientes temporales. Entre los 6 y los 7 años, es indicado el sellado dental de los primeros molares permanentes. Y entre los 11 y los 13 años, de los segundos molares permanentes y, si es necesario, de los premolares.
Una vez se realiza la colocación del sellador dental, se deben hacer controles periódicos para realizar un seguimiento de este. Además, el uso de selladores debe complementarse con controles de placa dental, aplicaciones de fluoruros y tratamiento de odontología conservadora.
Así pues, los selladores dentales son una medida segura y eficaz del control de la caries dental.