Tipos de férulas oclusales: ¿cuándo son necesarias?

La férula oclusal es un dispositivo extraíble hecho de material acrílico duro, que se ajusta en las superficies oclusales e incisivas de los dientes de una de las arcadas y crea un contacto oclusal preciso con los dientes de la arcada opuesta. También se puede denominar aparato oclusal, protector de mordida, protector nocturno, aparato interoclusal o aparato ortopédico.  

El tratamiento con férulas tiene varias características favorables que lo hacen muy útil para muchos trastornos temporomandibulares. Debe ser reversible y no invasivo, debido a que la etiología e interrelaciones que presentan son complejas, y está indicado en el tratamiento inicial de los trastornos temporomandibulares.  

Pueden ofrecer un tratamiento que mejore temporalmente las relaciones funcionales del sistema masticatorio. Cuando una férula oclusal se diseña específicamente para modificar un factor etiológico de los trastornos temporomandibulares, se modifican también los síntomas, así pues, tiene valor diagnóstico. Si los síntomas se reducen, es muy importante identificar la relación causa-efecto exacta antes de iniciar un tratamiento irreversible. Esto es necesario para garantizar que un tratamiento más amplio obtenga un buen resultado a largo plazo. Si se sospecha una maloclusión, el tratamiento con una férula oclusal puede introducir rápida y reversiblemente un estado oclusal más deseable.  

El éxito o el fracaso de un tratamiento con una férula oclusal depende de la elección, preparación y ajuste de la férula y de la colaboración del paciente.  

Los diferentes tipos de férulas oclusales

En odontología se utilizan varios tipos de férulas. Para elegir la férula adecuada debe identificarse primero el principal factor etiológico del trastorno para poder eliminarlo. No existe un aparato para todos los trastornos temporomandibulares.  Es fundamental realizar una buena historia clínica, una exploración exhaustiva y un diagnóstico cuidadoso.  

Los dos tipos de férulas más frecuentes: 

  • La férula de estabilización o férula de relajación muscular reduce la actividad muscular. 
 
  • La férula de reposicionamiento anterior o de reposicionamiento ortopédico modifica la 
posición de la mandíbula respecto del cráneo. 
 

La férula de estabilización se prepara para la arcada maxilar y proporciona una relación oclusal óptima para el paciente. Cuando está colocada, los cóndilos se encuentran en su posición musculoesqueléticamente más estable (en relación céntrica), al tiempo que los dientes presentan un contacto uniforme y simultáneo. Proporciona también una desoclusión canina de los dientes posteriores durante el movimiento excéntrico. El objetivo terapéutico es eliminar toda inestabilidad ortopédica entre la posición oclusal y la articular para que deje de actuar como factor etiológico en el TTM.  

Se utiliza para tratar el dolor muscular, para reducir la actividad parafuncional que acompaña a los períodos de estrés, la hiperactividad muscular (bruxismo), la mialgia crónica de mediación central o la retrodiscitis secundaria a un tratamiento, ya que pueden ayudar a reducir las fuerzas ejercidas sobre los tejidos dañados, permitiendo una cicatrización más eficiente.  

La férula de reposicionamiento anterior facilita que la mandíbula adopte una posición más anterior que la de PIC. Proporciona una relación cóndilo-disco mejor, permitiendo que los tejidos retrodiscales blandos y fibrosos se adapten mejor y sin provocar dolores. Una vez adaptados, la mandíbula asume la RC. Aunque la articulación ya no presenta dolor, el disco permanece desplazado, por lo que el clic puede continuar; se ayuda a la reparación o adaptación natural de la articulación.  

Trata alteraciones discales, ruidos articulares, bloqueos intermitentes o crónicos de la articulación o trastornos inflamatorios, especialmente cuando un posicionamiento ligeramente anterior de los cóndilos resulta más cómodo para el paciente.  

Una vez elegida la férula apropiada, debe prepararse y ajustarse para cumplir los objetivos del tratamiento, observar que sea compatible con los tejidos blandos y proporcione la modificación exacta de la función necesaria para eliminar la causa. Una férula mal ajustada no sólo reduce los efectos del tratamiento, sino que produce dudas en el paciente y el odontólogo respecto el diagnóstico y tratamiento.  

Como el tratamiento con una férula es reversible, sólo resulta eficaz cuando el paciente lo lleva. Debe enseñarse a los pacientes a utilizarlo adecuadamente, ya que una férula correctamente elegida y ajustada no logrará reducir los síntomas en un paciente que no la lleve de forma apropiada.