Las glándulas salivales son las glándulas cercanas a la cavidad oral responsables de la secreción de saliva. Esta secreción ayuda mantener la boca lubricada, a masticar y a deglutir los alimentos, realizando una buena función de la cavidad oral.
Según su tamaño, las glándulas salivales se clasifican en dos grandes y principales grupos:
- Las glándulas salivales menores. Son pequeñas y existen 5 tipos: labiales, palatinas, genianas, linguales y molares.
- Las glándulas salivales mayores. Son las principales y más voluminosas. Existen tres pares:
- Las glándulas parótidas. Se encuentran una en cada mejilla sobre la mandíbula y en frente de las orejas.
- Las glándulas submandibulares. Se encuentran en ambos lados de la mandíbula.
- Las glándulas sublinguales. Se encuentran debajo del suelo de la lengua.
En ocasiones las glándulas salivales mayores (parótida, submandibular y sublingual) se pueden infectar y producir alteraciones en la zona y en la cavidad oral. La sialoadenitis es el nombre que recibe la infección de las glándulas salivales. Estas infecciones se pueden clasificar en infecciones víricas, bacterianas, tuberculosis y actinomicosis.
La parotiditis, o llamadas coloquialmente como paperas, es la infección e inflamación de la glándula salival parótida. Está causada por el virus paramixovirus. Es altamente contagiosa, transmitiéndose por la saliva. Cursa con fiebre, dolor de garganta y dolor al masticar.
La parotiditis bacteriana aguda es casada por bacterias orales dando una infección de tipo retrógrado. Suele estar causada por una reducción del flujo salival o por alguna alteración local en las glándulas salivales. Se presenta como una hinchazón asociado a dolor, eritema en las zonas auriculares y con secreción purulenta de la parótida. El tratamiento es la terapia antimicrobiana con antibióticos apropiados, el drenaje quirúrgico y la sialografía, una vez se ha resuelto la infección.
Los episodios recurrentes de parotiditis pueden dar lugar a parotiditis bacteriana crónica. Es causada por una persistencia del agenta etiológico por un mal funcionamiento glandular (como en el síndrome de Sjögren). En estos casos el tratamiento, a parte del antibiótico, es la parotidectomía (la extirpación total de la glándula).
La sialoadenitis submandibular afecta a las glándulas salivales submandibulares y/o sublinguales. Esta infección es menos frecuente que la parotiditis. Cursa con una hinchazón de la glándula, dolor y una obstrucción ductal (por cálculos o estenosis), en muchos casos producida por bacterias. El tratamiento es la eliminación de la obstrucción y la administración del antibiótico apropiado.